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El primer ministro Jettu reconoce que en Marruecos existe la tortura

El primer ministro marroquí, Driss Jettu, afirmó que el fenómeno era "limitado" pero no desmintió las acusaciones, formuladas hace dos semanas, por Amnistía Internacional (AI) sobre las torturas en Marruecos contra presuntos islamistas. Prometió incluso tomar "las medidas apropiadas" contra los responsables de esos excesos.

Buena parte de la rueda de prensa que dio Jettu, el lunes en París, estuvo dedicada a los derechos humanos en Marruecos. La reintroducción de la tortura, a partir de 2002, contra los islamistas ha sido denunciada por numerosas ONG y, en noviembre, por un comité de la ONU.

A finales de junio, AI hizo público un exhaustivo informe consagrado a la sede, en Temara (al lado de Rabat), de la Dirección de Supervisión del Territorio, la policía política, en la que un número muy elevado de personas, en su mayoría islamistas, son torturadas "sistemáticamente". El documento ha causado un gran impacto en Marruecos y no sólo entre los semanarios independientes que denuncian el regreso a los "años de plomo" de Hassan II.

En París Jettu admitió que se producen "casos, afortunadamente limitados, de excesos (...). No habrá impunidad, ni ninguna vuelta atrás", prosiguió según la agencia de prensa marroquí MAP.

El primer ministro no controla al Ministerio del Interior ni a las fuerzas de seguridad que dependen directamente del Palacio Real.

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