Tremonti acusa de oportunismo político a Berlusconi
El ex ministro de Economía Giulio Tremonti se muestra muy resentido con Silvio Berlusconi en unas declaraciones recogidas ayer por el diario La Repubblica, en las que advierte al primer ministro de que también él ha perdido porque no logrará reducir los impuestos y le acusa de oportunismo político. Está profundamente irritado por "la manera y el tiempo de la emboscada: la deslealtad y la bellaquería política de quienes han pensado en hacer saltar el eje Bossi-Tremonti, ahora que Bossi está fuera de juego...", en clara alusión al líder de Alianza Nacional (AN), Gianfranco Fini. El líder ...
El ex ministro de Economía Giulio Tremonti se muestra muy resentido con Silvio Berlusconi en unas declaraciones recogidas ayer por el diario La Repubblica, en las que advierte al primer ministro de que también él ha perdido porque no logrará reducir los impuestos y le acusa de oportunismo político. Está profundamente irritado por "la manera y el tiempo de la emboscada: la deslealtad y la bellaquería política de quienes han pensado en hacer saltar el eje Bossi-Tremonti, ahora que Bossi está fuera de juego...", en clara alusión al líder de Alianza Nacional (AN), Gianfranco Fini. El líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, se recupera desde el 11 de marzo de un grave problema cardiaco.
Además de estas críticas, Tremonti dijo el sábado que quería explicar claramente que en sus cuentas estaba todo correcto, en referencia a las sospechas que tenía Fini sobre los presupuestos que presentó Tremonti para los dos próximos años, y que fueron el desencadenante de su dimisión.
Detrás de la polémica sobre las cuentas se encuentra un enfrentamiento político entre el liberalismo de Tremonti y el intervencionismo de Fini. Un enfrentamiento que comenzó en abril pasado, cuando Fini comenzó a pedir más poder en las decisiones económicas. El problema de fondo es que, según Fini, los recortes que Tremonti ha previsto penalizan al sur de Italia, donde AN y UCD, tienen más peso político. Un choque que se hizo evidente en el caso Alitalia, en el que Fini quería intervenir para salvar empleos y Tremonti dejar que entrase en bancarrota para crear una nueva empresa más fuerte.