En defensa del Estado de bienestar
Ante las recientes declaraciones de los presidentes de dos grandes bancos españoles acerca de la insostenibilidad del Estado de bienestar, me gustaría hacer algunas puntualizaciones, especialmente centradas en la sanidad, pero extrapolables a otras áreas.
La sanidad no nos sale gratis, tal como ciertos sectores quieren hacernos creer. La sanidad la pagamos entre todos. Las "plusvalías" que genera cada persona a la sanidad (lo que ingresa menos lo que gasta en servicios sanitarios), queda en el bote común para los ciudadanos que necesitan más atención médica, sin aumentos de pago ni explicaciones. Y los que gastan más de lo que ingresan tienen los fondos a punto para sus tratamientos. ¿No les parece fantástico?
En cambio, en la sanidad privada que las altas esferas empresariales proponen, las "plusvalías" se quedan en las empresas privadas. Si la persona necesita un tratamiento caro... que lo pague de su bolsillo, ¡a quién se le ocurre ponerse enfermo! La falacia está clara: resulta que somos unos ciudadanos irresponsables que nos dedicamos a ir al médico por gusto y a generar déficit. Pues mire, no. Si vamos al médico es porque lo necesitamos, y además, lo estamos pagando, así que no veo dónde está el problema en que exijamos los diagnósticos y tratamientos de calidad. Otra cosa es que haya que mejorar la gestión y reducir el déficit, ahí estamos de acuerdo.
Viviendo en el extranjero uno se da cuenta del immenso privilegio que tenemos en España, donde una red debajo nuestro nos protege ante las sacudidas de la vida, entre ellas la enfermedad. Vamos a trabajar para conservar esa protección, para hacerla sostenible, no para desmantelarla. Y para que en la puerta del hospital no decida la tarjeta de crédito, tal como pasa en países supuestamente "desarrollados".