Los editores independientes piden más apoyo a las librerías
Los editores independientes, más conocidos como los bibliodiversos, organizaron el pasado viernes dos mesas redondas, una para debatir sobre los problemas actuales de la bibliodiversidad, moderada por Federico Ibáñez, de Castalia, y otra para analizar cómo llegar al lector, moderada por Florentina Gómez Morata, de la editorial Morata.
"Estamos colonizados por un mercado cuyas reglas han fijado las grandes editoriales que imponen la inmediatez y la velocidad, y nosotros no podemos seguir este ritmo, porque en realidad somos corredores de fondo", afirmó Ramón Alba, de Polifemo.
Casi todos los participantes coincidieron en que es imprescindible un mayor acercamiento a las librerías, aunque casi todos estuvieron también de acuerdo en que es necesario promocionar los libros a través de la Red. "Pero ahí surge una nueva barrera. ¿Cómo entregamos los libros? Los costes del transporte son muy caros", señaló José María Arizcun, de Miraguano.
Algunos editores fueron más críticos. Antonio Huerga, de Huerga & Fierro, dijo: "Muchos de nuestros libros casi no pisan las librerías". Marcelino Elosúa, de Lid, fue más radical y dejó estupefactos a los asistentes: "El 80% de las librerías sobran".
Isabel Rodríguez, de Casariego, propuso la creación de una comisión que coordine las acciones reivindicativas que los bibliodiversos quieren plantear a la nueva Administración, como ayudas a la edición o mayores dotaciones para las bibliotecas públicas.
¿Qué hacer con los libros?
Huerga, medio en broma, medio en serio, planteó la creación de una comisión que asesore sobre qué hacer con los libros devueltos. "¿Los destruimos? ¿Los saldamos? ¿Seguimos invirtiendo para seguir perdiendo?". Huerga acusó a los distribuidores de ser "los censores modernos".
En general hubo más acuerdos que desacuerdos. La edición de calidad, tanto en el contenido como en la forma; la especialización; la cooperación entre los 45 editores que forman el grupo de los bibliodiversos dentro de la Asociación de Editores de Madrid. "Nos ha funcionado bien y, si vamos en tropel a pedir algo, nos hacen más caso", afirmó José María Gutiérrez, de Ediciones de la Torre. La actualización de los catálogos, un sitio común en la Red, fueron algunas de las conclusiones a que llegaron. Si por la mañana hubo debate, por la noche fue la Fiesta de la Bibliodiversidad, con la ya tradicional entrega de premios, en la que más han colaborado con los bibliodiversos: Lola Larumbe, de la librería Rafael Alberti, y el crítico y periodista de Abc Manuel Rodríguez Rivero.
