Las declaraciones de Acebes
Como madrileña, no puedo por menos que alegrarme enormemente de la detención del comando de ETA que supuestamente iba a cometer un sangriento atentado en Madrid, y justamente en la zona donde yo trabajo, con lo cual yo habría sido casi con toda seguridad una de las muchas víctimas mortales de esta barbarie de los etarras, quienes desgraciadamente son ya incapaces de romper su inercia de violencia, dejar las armas y dar así un final mínimamente digno a su larga y sangrienta trayectoria, como en su momento fueron capaces de hacer los polis-milis. Por tanto, mi más sincero agradecimiento a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y muy concretamente a la Guardia Civil que abortó este macabro plan.
Ahora bien, como una cosa no quita la otra, y coincidiendo absolutamente con su acertado editorial del lunes 1 de marzo, tengo que manifestar -repito: como posible víctima que yo misma hubiera podido ser del atentado- que cuando vi en directo (¡cómo no, en TVE-1!) la declaración institucional del ministro Acebes, tras mi primera alegría por la detención del comando, literalmente se me revolvieron las tripas y me dieron ganas de vomitar ante la coletilla que se permitió el ministro aludiendo a la alegría que sentiría el señor Carod Rovira (y después sus colegas Michavila y Zaplana apuntando ya directamente a los socialistas...).
Al igual que a muchos otros ciudadanos españoles y por supuesto a los catalanes (quienes se manifestaron unánimemente hace unos días contra la tregua en Cataluña, con la vergonzosa ausencia del PP), me pareció absolutamente obsceno este estrambote -como dice su editorial-; resultó innecesario, inoportuno, indecente e insultante para los muchos miles de militantes absolutamente pacíficos de ERC y para cualquier persona de bien.
Toda la sarta de manipulaciones partidistas y electoralistas que han perpetrado nuestros gobernantes sacando provecho del tremendo error, que lo es, del señor Rovira, creo que llegó este domingo a un máximo ya insoportable. Aunque parece que esta sociedad nuestra está como narcotizada últimamente, puede que no lo estemos tanto y que este empeño de tratarnos a los ciudadanos como si fuéramos tontos se vuelva antes o después (¡mejor cuanto antes!) en contra del partido que de momento nos gobierna.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.