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Entrevista:ALBERTO GONZÁLEZ TROYANO | Ensayista y profesor | Signos

"En el XVIII germinan en Cádiz los hábitos que luego se popularizan en Andalucía"

Alberto González Troyano (Algeciras, 1940) es un gran conocedor del siglo XVIII español. La imagen romántica de Andalucía y el origen del casticismo han sido asuntos que ha estudiado a fondo. Entre sus obras figuran La desventura de Carmen y El torero, héroe literario. Profesor titular de Literatura Española de la Universidad de Sevilla, González Troyano acaba de sacar a la calle El Cádiz romántico en Andalucía Abierta (marca editorial de la Fundación José Manuel Lara).

Pregunta. Su trabajo como miembro del grupo de estudios del siglo XVIII de la Universidad de Cádiz es algo destacable. ¿Cuáles son los objetivos de este grupo?

Respuesta. El siglo XVIII supone para Cádiz un cambio radical. La ciudad toma el monopolio del comercio con las Indias. En una ciudad que hasta cierto punto no era nada se establece una burguesía muy emprendedora. Cádiz era una ciudad en la que no existía una aristocracia tradicional que viviera del campo y que considerase deshonroso el mundo del comercio. Esa burguesía de Cádiz tiene en gran parte un origen extranjero. Es una burguesía que carece de los prejuicios de la aristocracia y nobleza española y que crea en Cádiz un reducto donde circulan las nuevas ideas.

P. El siglo XVIII es, pues, el siglo del esplendor de Cádiz.

R. En el siglo XVIII germinan en Cádiz las costumbres y hábitos que, luego en el siglo XIX, se popularizan en Andalucía. Hay en la ciudad un mundo cosmopolita y extranjerizante que provoca un revulsivo. Ante esta ofensiva cosmopolita hay unos sectores populares que radicalizan su vestimenta, que propician el nacimiento del flamenco y el toreo a pie. Hay, por tanto, una polarización en Cádiz. La nueva burguesía apuesta por el lujo. Hace ostentación del lujo que pone de manifiesto su triunfo. Estas personas de la burguesía necesitan que la gente sepa que han triunfado. El lujo se ostenta a través de bibliotecas, cuadros, mobiliario, viajes... El ideario de la Ilustración está muy vinculado a ese triunfo burgués a través de los negocios. Las casas se abren a las tertulias porque la gente de la burguesía necesita información de cómo está el precio de los cereales y el vino. Y, además, estas personas quieren mostrar la belleza de las casas donde viven.

P. En Cádiz nace el liberalismo social, político y económico. En Cádiz se proclama en 1812 la primera Constitución.

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R. Las tendencias ilustradas del siglo XVIII crean un espíritu liberal que se convierte en la cuna donde se asientan los criterios de las Cortes Constitucionales. Pero a partir de 1830 Cádiz vuelve a lo que había sido. El mundo del comercio llegó por azar. Y casi por azar desapareció con el final del monopolio del comercio con América y la pérdida de las colonias. Sobrevive el elemento más popular y castizo, que se desborda fuera de Cádiz y se abre a Andalucía. Son esos símbolos de la Andalucía romántica. Por ejemplo, la manzanilla se propaga desde Cádiz a Andalucía. La vestimenta, el mundo de la calle... Para el majo, el mundo del barrio es algo muy propio. En ese mundo la taberna juega un papel importante frente a la tertulia y el café, que están vinculados a la burguesía. Ese mundo del majismo cobra fuerza porque hay una aristocracia aplebeyada que prefiere apostar por las costumbres populares y que rechaza el mundo cosmopolita.

P. Se ha dicho en muchas ocasiones que el Romanticismo español es de segunda categoría si se compara con el inglés y el alemán.

R. Sí. Pero ocurre que en Andalucía está la encarnación de las ideas románticas en la vida cotidiana. De ahí el interés de los viajeros, a los que atrae la forma en que los andaluces encarnan ese ideario romántico.

P. En el libro dedica un apartado a la coquetería y la moda.

R. La moda, la coquetería y el cortejo suponían la búsqueda por parte de la mujer de unos espacios donde podía ejercer su libertad y singularizarse en un mundo homogéneo. El cortejo suponía que una mujer pudiera tener un hombre que la acompañara con la complacencia o tolerancia de su marido. Nos encontramos ante uno de los espacios de libertad más grandes alcanzados por la mujer. Cuando se aceptaban los matrimonios de conveniencia, que en el Cádiz comercial eran importantísimos, había también que aceptar que esas mujeres de 18 años tuvieran sus acompañantes elegidos por ellas. Y ese cortejo tenía que aceptarlo el marido.

P. El padre de Blanco White le dijo a su hijo que se iba a Cádiz, la "nueva Babilonia".

R. En Sevilla no había teatros. En cambio, en Cádiz hay un teatro francés y otro italiano. La fuente de ingresos de Cádiz había que mantenerla y la Inquisición miraba hacia otra parte.

P. Usted figura varias veces, y siempre en clave positiva, en las memorias del escritor Fernando Savater.

R. Somos muy amigos desde hace años. Mantenemos una relación muy grata. Fernando necesita mucho, en estos momentos, a los amigos. Vivir con dos guardaespaldas continuamente es bastante duro. Su postura ética y filosófica me parece extraordinariamente digna. Fernando Savater es una de las cabezas maravillosas que tenemos en este país.

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