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Reparto más igualitario de las tareas domésticas

"Cuando existe un proyecto profesional propio por parte de la mujer, la probabilidad de probar primero cómo funciona la convivencia antes de decidirse a oficializar la unión es mucho mayor que en caso contrario", señala el profesor Gerardo Meil en Las uniones de hecho en España. También destaca que en ellas se produce un reparto del trabajo doméstico "más igualitario que en los matrimonios". El peso de la casa no recae a partes iguales, pero "hay alrededor de un 50% más de varones en unión de hecho que colaboran regularmente en la realización de tareas domésticas que en los matrimonios".

El autor advierte que, aunque la violencia contra la mujer se registra en matrimonios y en uniones, "las cohabitantes se muestran más sensibles que las casadas a los comportamientos vejatorios de sus parejas y son más conscientes de ser objeto de maltrato".

Meil dedica un capítulo a las parejas de hecho del mismo sexo, "un nuevo fenómeno cada vez más visible". Suelen presentar "un mayor énfasis en la independencia económica de sus miembros y un reparto menos desigual de las responsabilidades domésticas".

Menos que en Europa

Al contrario de lo que ocurre en los países de la Europa del norte y del centro, las parejas de hecho son más la excepción que la norma en España. Ello se debe al retraso en la edad de emancipación (que supone acortar el tiempo para la maternidad) y a la tendencia a adquirir una vivienda propia, según Meil.

"Las uniones de hecho, cuando son la primera convivencia, tienden a oficializarse, sobre todo cuando se intensifican las inversiones en el proyecto de vida en común, de forma que la propiedad de la vivienda y la materialización de un proyecto familiar tienden a promover el matrimonio", según Meil. La hipoteca y los hijos empujan al altar o al juzgado.

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