Coetzee reinventa Robinson Crusoe
Fue un laberinto de espejos, de espectros, de personalidades interpuestas. El escritor surafricano J. M. Coetzee quiso jugar ayer con la Academia Sueca y con el mundo, que estaba pendiente de una de sus contadísimas apariciones en público, para escenificar lo que para él es la literatura, lo que cree que es el oficio de escribir.