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ELECCIONES EN CATALUÑA | Las propuestas para la formación de Gobierno

CiU baraja un Gobierno en minoría

Los convergentes ven viable el acuerdo con ERC, aunque no descartan negociar con los socialistas

Francesc Valls

Hay que dejar que el soufflé de la victoria se enfríe. Ésa es la tesis que defendió ayer ante la ejecutiva de Convergència i Unió el presidente de la Generalitat y de la federación, Jordi Pujol. CiU, por tanto, abrirá la ventanilla de los pactos a partir de la próxima semana. Y el primer cliente será Esquerra Republicana (ERC). No obstante, fuentes de la federación no descartan gobernar en minoría, e incluso ven con buenos ojos sumar a esa alianza al Partit dels Socialistes (PSC). Ello ampliaría la base del nuevo Ejecutivo y evitaría los riesgos sociales y políticos de un Gobierno de frente nacionalista. El prólogo de ese tripartito, según esa tesis, debería escribirlo el líder socialista, Pasqual Maragall, con su dimisión, algo verosímil si el PSC no logra su proyectada mayoría de izquierda plural.

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Los negociadores por parte de la federación nacionalista son Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida, según decisión tomada en la corta ejecutiva de ayer a propuesta de Xavier Trias, secundada inmediatamente por Pujol. La primera carta que CiU jugará es la de explorar los acuerdos con Esquerra. Pero si los republicanos son demasiado exigentes en su petición de carteras, los convergentes intentarán gobernar en minoría hasta las próximas elecciones generales. Esa eventualidad exigiría la abstención de PSC y PP en la segunda vuelta de la votación de investidura de Artur Mas y no sería mal vista ni por la dirección popular de Génova ni por la socialista de Ferraz, pues supondría cerrar el paso a un gobierno de mayoría nacionalista con posibles "veleidades rupturistas", tal como lo entiende el PSOE.

Pero, de momento, todo está por escribir. Desde el pasado domingo por la noche ha habido diversos contactos entre los líderes de las cuatro fuerzas parlamentarias de tradición catalanista -todas menos el Partido Popular- aunque la conformación de mayorías está todavía lejos.

Vacaciones y pactos

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Muchos dirigentes políticos se tomarán esta semana de vacaciones, pues hasta el 6 de diciembre no expira el plazo para la constitución de la Mesa del Parlamento catalán, que puede perfilar la futura política de pactos. Los convergentes están dispuestos a ceder la presidencia de la Cámara a cuenta del futuro acuerdo. Y los socialistas no quedan excluidos de las quinielas convergentes. No obstante, el PSC, a través de su primer secretario, José Montilla, reiteró su intención de priorizar un ejecutivo plural -integrado por socialistas, republicanos e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV)- que suman en total 74 escaños.

El PSC ha cerrado filas en torno a esa opción como su tabla de salvación. Aunque sus socios la ven como difícil: si ERC ha mantenido en los últimos años la equidistancia entre CiU y PSC, difícilmente podría sumarse a un proyecto encabezado por un partido que ha obtenido cuatro diputados menos que el otro polo, los nacionalistas de Artur Mas.

Un gobierno de la izquierda plural debería tener a Pasqual Maragall como presidente, condición irrenunciable para los socialistas, que podría hallar objeciones por parte de los republicanos. De no cuajar el pacto de izquierdas, el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat quedaría en la cuerda floja. Y el PSC podría sumergirse en una crisis sucesoria, pues no hay alternativa a Pasqual Maragall.

Los convergentes ponen como condición de un eventual acuerdo la dimisión de Maragall. Pero no sólo los convergentes lo ven así. Algunos compañeros socialistas del ex alcalde de Barcelona también especulan con esa posibilidad. El secretario general de los socialistas murcianos, Francisco Abellán, apostó ayer por un gobierno de CiU y PSC sin Maragall, "lo que supondría una apuesta difícil para los socialistas aunque está claro que Maragall no ha cubierto las expectativas". El presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, afirmaba que un ejecutivo CiU-PSC sólo es factible si no es posible articular otra fórmula "que garantice la gobernabilidad". El secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, comparte esa sensibilidad. Y desde CiU, algunos dirigentes ven conveniente el concurso del PSC en los futuros pactos de mayorías.

Los convergentes juzgan que el apoyo externo del PSC hasta las elecciones generales del próximo mes de marzo les daría libertad para acuerdos posteriores en caso de que el PP no lograra mayoría absoluta. Pero ese proyecto parte del supuesto de la dimisión de Maragall como cabeza de filas de los socialistas catalanes. En la familia socialista española siempre ha sido mejor visto el acuerdo con CiU que con Esquerra. Pasqual Maragall tuvo que emplearse a fondo para convencer a sus compañeros del PSOE de las bondades de un gobierno de la izquierda plural con Esquerra Republicana. Un acuerdo nacionalista entre CiU y ERC, que se perfila como el más probable, enconaría, a juicio de socialistas y populares, las relaciones entre los Ejecutivos catalán y central. Ayer mismo, el secretario general del PP, Mariano Rajoy, reclamó "sensatez" a CiU y PSC para que "no dilapiden su propia trayectoria" y no se ofrezcan en subasta a Esquerra.

El secretario general de ERC, Josep Lluís Carod, se preguntó: "¿Por qué tengo que hacer yo presidente a Maragall? ¿Y por qué no me hace presidente él a mí?". El dirigente republicano manifestó a la Cadena SER: "Aquí las elecciones no son a la presidencia y en ningún lugar está escrito que el presidente deba ser quien tenga más diputados". Carod declaró que los temores hacia su formación no están fundamentados. No obstante, sectores empresariales catalanes, siempre amantes de una consistente y confortable estabilidad, consideran que lo mejor sería una entente entre socialistas y convergentes. La patronal Cecot ayer juzgó "primordial" un consenso entre las formaciones políticas con más votos, es decir CiU y PSC.

Pero, de momento, el PSC prioriza explorar las posibilidades de un gobierno de la izquierda plural. El fracaso le abocaría a una situación "imprevisible", apuntan fuentes del Partit dels Socialistes. Por el momento las riendas de la negociación con ICV-EUiA y Esquerra las han tomado José Montilla y Ernest Maragall, hermano éste último del candidato, miembro de la ejecutiva del partido y responsable del programa electoral.

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