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IV CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA

100 poetas en un maratón y música para versos eternos

Jesús Ruiz Mantilla

La poesía es contemplación, reflexión, pero también acción, comunicación, encuentro. Valladolid es tierra de versos y, si no, que alguien explique cómo a una convocatoria responden 100 poetas saliendo de sus guaridas para recitar las creaciones que esconden en sus cajones. Por eso, el maratón de espontáneos que se está llevando a cabo en este encuentro es un éxito. Lo organizan Teresa Gómez Trueba y Jorge García Rodríguez , profesores de Literatura de la Universidad de Valladolid, que colabora en este Congreso Internacional de la Lengua junto al Ayuntamiento, amparados por los organizadores, la Diputación de Valladolid y la Junta de Castilla y León, y los coordinadores, la Fundación Jorge Guillén.

"Pusimos algún anuncio en la prensa y en las páginas web, y la respuesta ha sido mucho mayor de lo que nos esperábamos", dice Gómez Trueba, en una de las salidas del aula Doctor Luis de Mercado, dentro del Palacio de Congresos Conde Ansúrez, donde se celebran todas las reuniones.

Dentro hay unas cincuenta personas que escuchan atentas los escarceos con las palabras que salen de la boca de estos poetas ocasionales, discretos, sin predominio de hombres sobre mujeres ni al revés, y de todas las edades y condiciones: la poesía es democrática, cómo no iba a serlo. "Es gente que no ha leído en público, en su mayoría, aunque hay algunos que ya han publicado algo", añade la profesora. Cada día abre el fuego de la sesión un consagrado. Ayer, lo hizo en la primera Antonio Carvajal, que leyó algunos de sus poemas; hoy lo harán Álex Susana y Francisco Úriz, y mañana, Francisco Díaz de Castro.

Música y comunicación

El arte se hizo verbo por la tarde con el maratón poético, y luego hubo espacio para la música extraída de la poesía por parte de Carmen Linares, que llevó al Teatro Calderón los ecos de Federico García Lorca con sus canciones populares. Hoy, Amancio Prada interpreta Canciones de amor y celda.

El cantante leonés reflexionó ayer en Valladolid sobre sus procesos creativos: "La poesía es música, y con la música adquiere otro significado, se aprecia con mayor claridad, porque su exposición es mayor. Con la música se amplía el sentido, porque la poesía es comunicación", afirma.

Hay que aplicar métodos estrictos para la metamorfosis. Una cosa lleva a la otra: "No todos los poemas se pueden adaptar a música. Ésta, por otra parte, no se añade, se extrae del poema; eso debe ser el fundamento y el norte de este trabajo". ¿Y cómo se hace? "Se empieza por el recitado; éste lleva a una entonación concreta; la entonación, a la melodía, y la melodía ya es música".

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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