China y los otros
China se está consolidando como potencia económica. Así lo indican su elevado crecimiento económico, el espectacular incremento de sus intercambios comerciales y los flujos de inversión directa que recibe, que en 2002 ascendieron a más de 53.000 millones de dólares, un 40% del total de los fondos dirigidos a los países en desarrollo.
El modelo de crecimiento chino está teniendo efectos sobre otras economías. Aprovechando sus bajos costes laborales, muchas empresas han trasladado parte de sus actividades a este país, especialmente en las fases de producción en las que se utiliza con mayor intensidad el factor trabajo. Ello ha generado un notable aumento del comercio con el resto de economías asiáticas, que producen componentes que posteriormente son ensamblados en las fábricas chinas. Por otra parte, en EE UU existe una creciente preocupación por el efecto del bajo precio de las importaciones chinas sobre el déficit comercial con esta economía, que ha aumentado considerablemente en algunos sectores, y sobre el empleo en el sector manufacturero, que ha sido el que ha experimentado un mayor ajuste en la última desaceleración.
La prioridad es continuar generando riqueza a un ritmo elevado, al tiempo que se mantiene la estabilidad monetaria de los últimos años
El dólar se ha depreciado con la práctica totalidad de las divisas, pero China mantiene un tipo de cambio fijo con la divisa estadounidense. Las autoridades económicas de los países cuyas divisas se han apreciado están preocupadas por el hecho de tener que seguir soportando la mayor parte de la depreciación del dólar y se muestran favorables a la libre flotación de la divisa.
Parece difícil que el gobierno chino decida la apreciación de su divisa en el corto plazo. Su principal prioridad es continuar generando riqueza a un ritmo elevado, al tiempo que se mantiene la estabilidad de los últimos años. El gobierno de Pekín teme los posibles efectos desestabilizadores de la apreciación del yuan. Esta preocupación se justifica en buena medida por la situación de su sistema financiero, que está escasamente desarrollado y tiene importantes problemas de solvencia. Cabe esperar que se siga avanzando de manera muy progresiva hacia la liberalización del mercado de capitales, con medidas como la reciente ampliación del límite de propiedad de los bancos extranjeros sobre las entidades domésticas, y se ponga el acento en el saneamiento del sistema financiero.
Xavier Torres es economista del Servicio de Estudios del BBVA.
