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LA SUCESIÓN DE AZNAR

Aznar anunciará el lunes a la dirección del PP el nombre de su sucesor

El curso empieza el 1 de septiembre, es lunes y es "cuando todo el mundo vuelve de vacaciones". Es la implacable lógica Aznar. Esa lógica es la que ha llevado, según quienes le conocen, a decidir que será el próximo lunes día 1, a las cinco de la tarde, cuando el Comité Ejecutivo Nacional del PP, el máximo órgano de dirección del partido, conozca y "debata" el nombre del sucesor, del candidato popular a la presidencia del Gobierno en las elecciones que se celebrarán en marzo de 2004. En marzo, y no antes, porque Aznar no adelanta las elecciones, las hace "cuando toca".

Y el martes día 2, a las 11.30, la Junta Directiva Nacional -que integran 563 cargos populares, incluidos todos los diputados, senadores, presidentes de comunidad autónoma, líderes regionales y provinciales, y que es el máximo órgano del partido entre congresos- será el que vote el nombre del sucesor. El nombre del candidato del PP a la presidencia del Gobierno y, salvo catástrofe, de quien será también el próximo líder del PP.

Aznar pidió a Arenas ayer que convocara para el lunes al comité ejecutivo del PP
El adelanto de la decisión tiene por objeto dedicar el curso a "lo importante": cinco elecciones y el reto de Ibarretxe
El presidente inició ayer una ronda de consultas con líderes del partido que mantendrá hasta el lunes
Los vicepresidentes Rajoy y Rato son los favoritos, según fuentes del PP, que no descartan una sorpresa
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Los primeros en enterarse, pero sólo del calendario, fueron los ministros. Al concluir la primera reunión del Gobierno, que fue la última para Josep Piqué, aún titular de Ciencia y Tecnología, Aznar, delante de todo el Gabinete, le dijo a Javier Arenas, secretario general del partido además de ministro de Administraciones Públicas, que convocara para el lunes a las cinco de la tarde el Comité Ejecutivo Nacional. Son 111 cargos populares encabezados por Aznar y el presidente de honor, Manuel Fraga.

El organigrama de esos 111 tiene, en su siguiente escalón, al secretario general, Javier Arenas, los tres vicesecretarios, Jaime Mayor, Rodrigo Rato y Mariano Rajoy. Precisamente, Rato, Rajoy y Mayor son, además, los tres candidatos que más posibilidades parecen tener, en principio, para esa sucesión. El tercer escalón lo forman los cuatro coordinadores de área, el presidente del comité electoral, Ángel Acebes; el presidente del comité de derechos y garantías, Federico Trillo, y 13 secretarios ejecutivos. Y hay más peldaños: tesorero, secretario de actas, vocales, presidentes del Congreso y el Senado. Así, hasta 111 cargos populares convocados el lunes a las cinco de la tarde.

Antes de esa hora, las más relevantes de entre ellos habrán recibido una llamada telefónica de su presidente, y los más escogidos habrán ido, a lo largo del fin de semana, a La Moncloa.

Nada más concluir el Consejo de Ministros, Aznar encargó que le fueran pasando esas llamadas y dio una lista más reducida de aquellos a quienes prefería ver personalmente para recabar su opinión. No para informarles, sino para saber qué opinan ellos.

Esa será toda la ronda de consultas. Porque aquí también funciona la lógica Aznar:

Las vacaciones son para descansar, no para tener "romerías" a Menorca o "cábalas en los medios de comunicación cada día". Es decir, que no hacía falta que "nadie" supiera nada antes de ayer, y era muy conveniente que hubiera cundido la noticia de que la decisión se tomaría a finales de septiembre o a principios de octubre. Ahora todo parece un adelanto, aunque no es tal según los aznarólogos.

Y sigue la lógica Aznar: "Si lo hubiera dejado para final de mes o para octubre -¿se llegó a decir noviembre?- ahora tendríamos varias semanas que, en vez de trabajar en lo que hace falta, nos entretendríamos con cábalas, quinielas y debates para divertimento de la oposición. Y hasta ahí podíamos llegar".

Nada de eso ocurrirá con este adelanto que ha pillado por sorpresa a todo el mundo, y desde luego al PP, porque "lo importante exige trabajo y conviene empezar ya". Y lo "importante", para Aznar, para el PP y para cualquier partido con ambición de Gobierno, es ganar elecciones: las generales de marzo, las de Madrid el 26 de octubre, las catalanas de noviembre, las andaluzas cuando quiera convocarlas Manuel Chaves, y, ya en el verano, las europeas.

Lo importante, también para esa lógica Aznar, es "hacer frente al reto del Plan Ibarretxe y a las derivas socialistas que quieren poner en peligro el modelo de Estado". A Aznar no le interesaba que la atención pública se centrara en la sucesión, cuando quiere centrar el debate político en la cuestión territorial.

El presidente cree que el PP está en condiciones de rentabilizar electoralmente ese debate ante el inminente reto soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe, que presentará su propuesta en el Parlamento vasco el 26 de septiembre, y ante la proximidad de las elecciones autonómicas catalanas de noviembre, en las que el candidato socialista, Pasqual Maragall, propone la reforma del Estatuto de Cataluña.

Es decir, que entre lo importante está responder a la propuesta que debatirá hoy el PSOE en Santillana del Mar (Cantabria)sobre el modelo autonómico de España. "De eso se encargará el sucesor desde la próxima semana", aseguran fuentes próximas al presidente del Gobierno. Ayer lo hizo Mariano Rajoy en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Bien es cierto que porque le preguntaron, pero quizá sea una pista. O no, que diría el propio Rajoy.

Y entre lo importante destaca Madrid, unas elecciones que el PP quiere ganar por mayoría absoluta. El sucesor tendrá así hasta el próximo 26 de octubre para hartarse de mítines y actos con los que ayudar a Esperanza Aguirre a ser la próxima presidenta de la Comunidad de Madrid. Las elecciones de Madrid se convocaron ayer y ese podría ser otro ingrediente que explica la fecha elegida por Aznar. Pues no, replican los intérpretes de la lógica Aznar. Ni eso ni ofrecer más tiempo para que el candidato se dé a conocer a la ciudadanía, porque será alguien conocido.

La escenificación de la noticia comenzó ayer en Moncloa. El Consejo de Ministros se retrasó casi una hora. En el complejo presidencial le quitaron importancia, con el argumento de que ha ocurrido en otras ocasiones, sobre todo tras las vacaciones. Pero algunos ministros mostraron su inquietud por ese retraso. En esa hora Aznar no se reunió con ningún ministro ni con ningún dirigente del partido.

Las reuniones y, sobre todo, las llamadas, empezaron después. El presidente tiene hasta el lunes para hacer sus consultas. Y las conversaciones que él mantiene, según quienes le conocen, las concluye rápido.

El primero y el único dirigente popular que tuvo que dar la cara ayer fue Mariano Rajoy, vicepresidente primero, portavoz del Gobierno y uno de los candidatos mejor situados en la carrera sucesoria. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Rajoy afrontó a una decena de preguntas sobre el asunto. Y logró no responder ni a una sola. Esta vez, sin las chanzas y bromas con las que en los últimos meses esquivaba la cuestión, con tono solemne y pidiendo implícitamente cierta comprensión por un obligado silencio, Rajoy dijo que no podía dar pistas siquiera sobre lo qué no sabía.

De los otros dos vicesecretarios, Jaime Mayor se trasladó a Madrid nada más conocer la noticia. Y Rodrigo Rato estuvo en el Consejo de Ministros. Ahora queda que, durante el fin de semana Aznar les comunique lo que esperan saber.

Esta semana, en su despedida en Quintanilla de Onésimo, Aznar dio una pista. No sobre el sucesor sino sobre lo que espera de él. Le pidió que mantenga la política económica que "ha permitido pasar de la España del paro a la España del empleo", le conminó a mantener el modelo constitucional y a "no jugar con esa base de la convivencia democrática de España de los últimos 25 años". Y le reclamó que continúe su política internacional, para dar "más peso" a España con una actitud que "no olvide" la lucha contra el terrorismo.

Es la herencia, que recibirá uno de los tres vicesecretarios, con más probabilidad o Rato o Rajoy. O un cuarto, un tapado. Todo eso será a partir del lunes. Entonces comenzará una inevitable bicefalia. Aznar sigue siendo presidente del Gobierno hasta marzo. Después se irá a la FAES, pero, en principio, seguirá como presidente del PP hasta enero del 2005, cuando el partido tiene convocado su congreso.

Pero el líder popular ha comentado a distintos dirigentes del partido que su intención, una vez nombrado sucesor, es concentrarse en su tarea como presidente del Gobierno y ayudar al sustituto "como éste le diga". Se pondrá a su disposición a partir del martes y sólo participará en aquellos actos de campaña que el sucesor quiera. Ése es su compromiso. Ahora falta por ver cómo se materializa.

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