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LA POSGUERRA DE IRAK | La posición de EE UU

Bush acusa a Irán y Siria de dar cobijo y ayudar a grupos terroristas

El presidente de EE UU está dispuesto a trabajar con la ONU para ganar apoyos en Irak

En una rueda de prensa en la que evitó la polémica sobre las acusaciones falsas contra Irak, Bush ha acusado nuevamente a Siria e Irán de dar cobijo en su territorio a miembros de organizaciones terroristas. En cambio, el tono parecía mucho más moderado cuando habló de Corea del Norte, el único país que reconoce abiertamente sus intenciones nucleares. Bush se mostró interesado en "trabajar con la ONU" para ampliar la presencia internacional en Irak. Mientras tanto, un documento desclasificado por la Casa Blanca pone en entredicho argumentos que sirvieron para justificar la guerra.

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Con chaqueta pero sin corbata, como marcan las normas de protocolo en el rancho tejano de Bush, el presidente de EE UU y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, comparecieron en una breve rueda de prensa precedida por los agradecimientos mutuos habituales: Bush a Berlusconi por el apoyo a la campaña militar en Irak, y Berlusconi a Bush por su "sacrificio y generosidad".

Bush dosifica al mínimo las preguntas que permite en este tipo de comparecencias. Sólo consintió cuatro en total; los periodistas, escogidos personalmente por Bush, plantearon cuestiones genéricas al margen de la polémica de los últimos días.

En su intervención inicial, Bush decidió reactivar ayer una amenaza que parecía dormida: "Hoy, Siria e Irán siguen dando cobijo y ayudando a terroristas. Este comportamiento es completamente inaceptable. Los países que apoyan el terrorismo tendrán que asumir sus responsabilidades", dijo Bush con semblante intencionadamente serio.

"La proliferación de armas de destrucción masiva es una amenaza a EE UU, a Italia y a todos los países pacíficos. Vamos a seguir trabajando hasta que esa amenaza sea eliminada", dijo Bush con Berlusconi a su lado. Después de mencionar a Siria e Irán, acusó a estos Gobiernos de "minar las esperanzas de paz en Oriente Próximo y traicionar los verdaderos intereses del pueblo palestino" al apoyar y dar cobijo a terroristas.

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Hay una coincidencia en esta acusación con uno de los argumentos empleados para justificar la guerra contra Irak. La Casa Blanca siempre ha hablado genéricamente de los vínculos -no demostrados- entre el antiguo régimen iraquí y Al Qaeda. Varios discursos de Bush, entre ellos el que pronunció en Cincinnati en octubre, hablaban de cómo Irak "podía entregar en cualquier momento armas biológicas y químicas a un terrorista o a un grupo organizado".

Sin embargo, se conoce ahora el contenido de un documento que acaba de ser desclasificado por el Gobierno, la llamada Estimación nacional de inteligencia, que es, en la práctica, el resumen de las informaciones de los servicios secretos que se distribuyen en la cúpula del Ejecutivo. En ese informe, fechado el 2 de octubre, se establecía justo el argumento contrario al que usaba Bush para justificar la guerra: los servicios de espionaje consideraban que Sadam no tenía intención de atacar intereses estadounidenses o de facilitar armas a grupos terroristas "por miedo a facilitar a Washington un argumento para la guerra".

Al contrario: de las informaciones captadas por la CIA se podía determinar que Irak sólo atacaría intereses estadounidenses "si Bagdad sintiera amenazada la supervivencia del régimen por la amenaza de un ataque inminente o inevitable por parte de Estados Unidos". En otro pasaje se dice: "Sadam sólo daría el paso extremo de ayudar a Al Qaeda si fuera su última oportunidad de venganza". Es sumamente incómodo para la Casa Blanca que esta argumentación se haya hecho pública, porque se puede acusar a Bush de haber hecho aquello que el espionaje le recomendaba no hacer: atacar Irak.

Bush también aseguró que trabaja con la ONU para ampliar la participación internacional en la reconstrucción de Irak. Se mostró partidario de hacerlo en el marco de las resoluciones vigentes, pero no cerró la puerta a otras posibilidades: "Cuantos más países estén involucrados, mejor", señaló.

En la rueda de prensa con Berlusconi, Bush también se refirió a las intenciones nucleares de Corea del Norte, pero usó para este caso una gramática nada parecida a la que empleaba con Irak o la que empleó ayer con Irán y Siria. Habló de resolver la cuestión "por la vía diplomática" y, lejos de lanzar amenazas, se limitó a recordar al líder coreano que el desarrollo de armas nucleares "le va a aislar del resto del mundo".

"Y ahora me voy a asegurar de que dan bien de comer al primer ministro. Vamos a alimentarle con un poco de pollo", dijo Bush para zanjar la rueda de prensa.

Silvio Berlusconi y George Bush, ayer, durante la rueda de prensa celebrada en el rancho tejano de Crawford.
Silvio Berlusconi y George Bush, ayer, durante la rueda de prensa celebrada en el rancho tejano de Crawford.REUTERS

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