OPINIÓN DEL LECTOR

Especulación en el litoral andaluz

Tomando el caso de Estepona, Félix Bayón busca especuladores socialistas en las costas andaluces. Sin embargo, el discurso me suena a antiguo pues un repaso a la situación política de nuestro litoral denota que el control político, y con ello la hipotética especulación, está actualmente en la orilla del Partido Popular. Éste ha sabido aprovechar una mezcla explosiva de desarrollo urbanístico, que habilita fondos para el embellecimiento urbano, y crecimiento económico por los cultivos bajo plástico, trabajados por inmigrantes irregulares.

Si quiere gilistas en estado puro, sin mezclas, p...

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Tomando el caso de Estepona, Félix Bayón busca especuladores socialistas en las costas andaluces. Sin embargo, el discurso me suena a antiguo pues un repaso a la situación política de nuestro litoral denota que el control político, y con ello la hipotética especulación, está actualmente en la orilla del Partido Popular. Éste ha sabido aprovechar una mezcla explosiva de desarrollo urbanístico, que habilita fondos para el embellecimiento urbano, y crecimiento económico por los cultivos bajo plástico, trabajados por inmigrantes irregulares.

Si quiere gilistas en estado puro, sin mezclas, puede ir a La Línea; allí han arrasado, ahora en el PP. Si los quiere envueltos en papel de celofán puede acercarse a Fuengirola, con su hotel de quince plantas en primera línea de playa, donde antes había una casita de pescadores, y sus estatuas religiosas regalo de los constructores. Si visita el Poniente almeriense, comprobará que allí no quedan apenas restos de alcaldes socialistas. En El Ejido o Roquetas, los alcaldes del PP han incrementado sus ya holgadas mayorías absolutas y la marea ha llegado también a Adra. El secreto es simple: desarrollo urbanístico incontrolado, con compromisos de actuación urbana por parte de los constructores, por un lado, y, por otro, cultivos bajo plástico trabajados por inmigrantes irregulares, mal pagados, mal vestidos y viviendo en condiciones infrahumanas que producen pingües plusvalías a los empresarios agrícolas de la zona pero, a su vez, generan rechazo social e incrementan un voto xenófobo del que se aprovecha el PP, al acoger también a la extrema derecha. Por cierto, en Motril, el PP ha obtenido la alcaldía con el apoyo de un grupo independiente que pretendía impedir un gobierno PSOE-IU por su intención de controlar la expansión de los invernaderos.

No es casualidad lo ocurrido en Madrid. A diferencia de los años ochenta, en la actualidad, los especuladores, y otro tipo de desalmados, intentan evitar por todos los medios gobiernos del PSOE, sencillamente porque están haciendo su agosto en los lugares gobernados por el PP. En el litoral andaluz tenemos muchos ejemplos.

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