Los tres elementos
Entre los vinos de calidad el concepto de château o terroir, heredado de nuestros vecinos franceses, imprime un marchamo superior. No en vano el control y el máximo mimo sobre los frutos y la tierra marcan la diferencia del producto final.
El triunvirato que forman el terreno, el clima y la variedad de uva es lo que aporta diferenciación y calidad a los mostos. Aunque no podemos obviar un elemento esencial como es la mano del hombre. Su mediación puede mejorar o alterar negativamente el desarrollo natural de la triada; terreno, clima y uva. El hombre interfiere en el entorno y modifica el terreno en función sus intereses.
Incluso el elemento clima se puede ver alterado, gracias al riego y a modernos medios para luchar contra las heladas, granizadas, etcétera.
Y si hablamos de variedades de uva, comprobamos como cepas autóctonas de baja producción son sustituidas por otras de mayor rendimiento. Por lo tanto, vinos de terroir, sí, pero debemos conocer el componente humano que hay detrás de estos proyectos-experimentos.
Finca Valpiedra es el château de la familia Martínez-Bujanda. Si su paraje e instalaciones son dignas de envidiar, aún lo es más el concepto latente en sus mostos. Su filosofía de trabajo habla del respeto de los propietarios por la viña y el terreno. De tal manera que, año tras año -y ya hemos catado seis añadas consecutivas- elabora un vino con diferentes personalidades. Son unos caldos producto del clima y del respeto por la añada de sus elaboradores.
Es el Finca Valpiedra un vino que sale al mercado con la contra-etiqueta de reserva, elaborado en su mayoría con la variedad tempranillo y un pequeño aporte de graciano y cabernet. Un mosto que siempre estrena barrica nueva para su crianza y que el consumidor encontrara muy intenso y rico en matices aromáticos y un paladar con cuerpo, estructura, perfecto para su degustación.
