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Schröder hace campaña en Polonia a favor del ingreso en la UE

El canciller alemán se reconcilia con el vecino polaco tras la tensión de la guerra

El referéndum para decidir la entrada de Polonia a la Unión Europea, que se celebrará a lo largo de dos días el próximo fin de semana, ha provocado gestos poco habituales en política. El canciller alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder, realizó durante toda la tarde del miércoles campaña electoral a favor del "Sí a Europa" en la ciudad de Lodz, al lado del primer ministro de Polonia, Leszek Millar.

La actitud de Polonia de apoyo total a Estados Unidos en la guerra de Irak y la formación del llamado eje de oposición Francia-Alemania-Rusia enfrió durante semanas las relaciones entre Berlín y Varsovia. A esto se añadió el disgusto del Gobierno alemán ante la propuesta de Polonia de enviar soldados alemanes a Irak a las órdenes de mandos polacos en la zona asignada por EE UU. Pasada la guerra, las aguas del conflicto parecen volver a su cauce. A un lado y al otro del río Oder, los Gobiernos alemán y polaco tratan de restañar las heridas. Hace unos días la presencia en la ciudad polaca de Wroclaw, con motivo de la reunión del llamado Triángulo de Weimar, del presidente francés, Jacques Chirac; del polaco, Alexander Kwasniewski, y del canciller alemán, Schröder, sentó las bases de la reconciliación.

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El sábado y domingo los polacos están convocados a las urnas para decidir en referéndum sobre el ingreso en la UE. Se produjo una fase de incertidumbre tras la crisis del pasado marzo con la salida del Gobierno del Partido Agrario y el derrumbe de popularidad de la Alianza de la Izquierda Democrática y del primer ministro Millar. Ahora todo parece indicar que los polacos darán el a Europa este fin de semana.

Dudas sobre la participación

La mayoría abrumadora del parece segura. La única duda es si la participación electoral rebasará el 50%. Si no se llega a ese porcentaje, las dos cámaras de la Dieta tendrían que aprobar con dos tercios de mayoría la entrada en la UE. Según las últimas encuestas del Centro de Investigación de la Opinión Pública (CBOS), un 71% declara su intención de acudir a votar. Este porcentaje resulta bastante increíble en Polonia, donde en otras consultas plebiscitarias no se llegó al 50% de participación. Según CBOS, del 71% que dice que irá a votar, un 76% lo hará por el sí.

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Para echar una mano al Gobierno polaco y mostrar su voluntad de reconciliación, el canciller Schröder acudió a Lodz, la otrora capital de una floreciente industria textil hoy arruinada. Lodz es el feudo político del primer ministro Millar, que fue obrero textil en su ciudad natal, Zyrardow. En Lodz, el canciller Schröder conversó con Millar, celebraron juntos una conferencia de prensa y, tras recorrer tenderetes de propaganda a favor del sí, y asistieron a un acto en el teatro donde el dirigente alemán respondió a preguntas de estudiantes de los institutos locales y de algunos obreros. Los periodistas preguntaron a Schröder por los chistes xenófobos de polacos que circulan por Alemania y por si la UE hará algo por mejorar las terribles carreteras de Polonia. Políticamente correcto, Schröder calificó de "indecencia" los chistes de polacos, que "no me hacen ninguna gracia". Después aseguró Schröder que no le importaría recorrer las carreteras de Polonia, sobre todo a bordo de coches de fabricación alemana, que son muy buenos y están preparados para cualquier terreno.

En el teatro de Lodz, una mujer preguntó cuánto tardará Polonia en lograr el nivel salarial del resto de Europa. Schröder no quiso pintar a los polacos un paisaje florido y hermoso, tal como un día hizo su antecesor en el cargo, el democristiano Helmut Kohl, con los alemanes del Este tras la caída del muro. Explicó el canciller que en Alemania, desde la reunificación hace 13 años, se transfieren cada año al Este 75.000 millones de euros y se estima que la equiparación entre las dos antiguas Alemanias no se logrará hasta el año 2019.

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