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62ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Zoé Valdés convierte en personajes de novela a dos piratas legendarias

Amelia Castilla

Como muchos niños, Zoé Valdés (La Habana, 1959) creció leyendo historias de piratas. Después, cuando se hizo mayor, siguió cultivando el género empapándose con todo lo que caía en sus manos. Fue Daniel Defoe el primero que le puso sobre la pista de Ann Bonny y Mary Read: "Me fascinó la infancia de ambas, condenadas a a vivir como hombres, una para salvar una herencia que le permitiría sobrevivir y otra para ocultar su identidad, tras huir de su casa después de producirse un suceso violento. Las dos acabarían convirtiéndose en las piratas más famosas del Caribe, pero también fueron dos mujeres que supieron disfrutar de la libertad que habían conseguido", recordó ayer la escritora, que hace cerca de tres años decidió empezar a documentarse y convertirlas en personajes de una novela. Lobas de mar (Planeta), en la que recrea la biografía de Anne Bonny y Mary Read, dos mujeres "tan valientes y corajudas como para destacar en un mundo de hombres cruel y magnífico", ganó el pasado mayo el Premio de Novela Fernando Lara 2003.

Desde el principio, cuando empezó a estudiar inglés para poder traducir la mayor parte de los manuscritos y los libros en los que se hablaba de estos dos personajes, la autora de La nada cotidiana tuvo claro que quería contar, como decía Ezra Pound, lo que a los historiadores les faltaba contar. París, la ciudad donde vive desde que abandonó Cuba, y Londres fueron los dos puntos claves a la hora de buscar documentación sobre los dos personajes. Gracias a ellas, dice Valdés, recuperó la pasión y el gozo por el estudio y fue capaz de matricularse en una academia de inglés. "Mi atrevimiento ha sido introducirme en la aventura, poniéndole pasión y palabras a dos damas piratas, pero sin despreciar la fuerza de la leyenda original", aclara la escritora, que, como Mary Read y Anne Bonny, sufrió la angustia de echarse a la mar "instigada por la desesperación, en una huida definitiva de los conflictos de la tierra". Ahora, con la novela en la mano y tras convertir en literatura la vida de dos mujeres que supieron "mentir, pelear y apretar los dientes", la autora reconoce que ya no sabe lo que es verdad o lo que ha inventado sobre ellas.

Con Lobas de mar, la escritora aparca momentáneamente sus historias sobre la vida cotidiana de los cubanos de dentro y fuera de la isla para entrar de lleno en el género de la aventura. Pese a ser una novela histórica con protagonistas anglosajones, Valdés filtra el lenguaje y la nostalgia de su tierra. De hecho, Cuba aparece en el libro como un refugio seguro para ocultarse. "Empecé a escribir la novela en un momento de caos personal y elegí para que me acompañara en ese momento dos vidas azarosas. Fue una buena manera de quitarme Cuba de la cabeza", dice la escritora, que se ha convertido en una destacada militante anticastrista.

Pese a tratarse de un suceso histórico que transcurrió entre los siglos XVII y XVIII, la estructura de Lobas de mar "evoca la narrativa del siglo XIX, donde el lenguaje no es huracanado ni torrencial, pero sí la trama", añade la autora, que para potenciar ese efecto incluye "guiños" para el lector donde predice o adelanta acontecimientos.

Reconstruir la vida de estas dos damas cuyo destino acabaría cruzándose ha sido "gratificante" porque la época no se diferencia tanto de la actual, al menos en lo que se refiere a enredos sociales y políticos. "Había un caos y una confusión tremendos como ahora; la moral corsaria hacia bueno el refrán que dice que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Los piratas asaltaban los bergantines españoles que iban cargados de oro, que ellos a su vez habían tomado a los caciques".

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