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Un documental retrata oficios relacionados con la muerte

Miguel Torres era un niño miedoso que quería sacudirse de encima ese temor. Ya adulto, es sepulturero desde hace 12 años en el cementerio de Lebrija y ha acabado por tomarle gusto a su trabajo. Considera el camposanto algo suyo y algunos fines de semana, fuera de su horario laboral, acude allí para adecentarlo y limpiarlo. "Es el trabajo que realmente quiero y voy a seguir mientras pueda" dijo ayer tras el preestreno de Trabajando con la muerte, un documental de Miguel Olid producido por Omnibus Pictures que presentó el Festival de Sevilla, Cine y Deporte.

El trabajo, que se realizó durante ocho meses con testimonios grabados en Sevilla y Cádiz, retrata a una serie de profesionales en contacto permanente con la muerte. Además del sepulturero, se entrevista a una psicóloga de enfermos terminales que debe prepararlos para morir, una médico de emergencias, un médico forense, un inspector de la policía científica, un auxiliar de forense, un funerario y un tanatopractor (maquillador de cadáveres).

Personas morbosas

"No hay profesiones con morbo, las personas son morbosas", se dice al principio de la película documental con la que Olid, guionista y director, ha querido mostrar "un retrato humano de personas que trabajan con cadáveres". "Quería averiguar qué tenían en común estos profesionales, qué les había llevado a elegir sus ocupaciones", contaba ayer el director, autor también del corto La última respuesta, con Marisa Parades, galardonado con los Colones de Oro del Jurado y del Público en el Festival Iberoamericano de Huelva. Su planteamiento inicial fue erróneo: "Pensaba que estaban acostumbrados a la muerte, que eran fríos, pero descubrí que lo llegaban a pasar mal, a sufrir con el dolor de las familias e incluso a llorar".

Por eso, de ser un documental enfocado al aspecto profesional, finalmente pesó más el lado humano de sus protagonistas. "A todos les gusta su trabajo y todos valoran más la vida al ver la muerte, el sufrimiento y el dolor", indicó. Olid, autor de varios libros sobre cine, recordó la idea que expone la psicóloga en la película: "Hay una cultura para la vida, pero no para la muerte; no se suele preparar a la gente para ese momento.

El director comentó las dificultades en la selección de los protagonistas, ya que no están acostumbrados a recibir visitas en sus trabajos. "La idea despierta reservas, porque piensan que vas buscando el lado morboso y era precisamente lo contrario".

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Trabajando con la muerte es el primer documental de una trilogía sobre las diversas visiones de la muerte y la vida. El segundo y tercero se centrarán en el punto de vista del que quita la vida, bien de forma premeditada o accidental, y en la familia de la víctima, en concreto, cómo viven e intentan salir adelante los padres que han perdido un hijo. La película se ha exhibido en Sitges, Las Palmas y Chicago.

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