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EL FUTURO DE LA TELEVISIÓN PÚBLICA AUTONÓMICA
Columna
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Canal Sur, ¿"la nuestra"?

La vida es evolución, o debería serlo. Por eso es saludable que las cosas, las ideas e incluso las personas, vayan evolucionando. Lo contrario es inmovilismo. También nuestros políticos evolucionan, y van cambiando o suavizando sus posturas, otrora intransigentes, sobre algunos temas. Si no, no se explicaría que quienes dijeron aquello tan elocuente de "OTAN, de entrada, NO", hayan sido los más acérrimos defensores del "OTAN, de salida, menos aún". Por no hablar de la evolución que va del marxismo a la neosocialdemocracia que linda con el neoliberalismo.

Recientemente hemos tenido un caso de clara evolución política e ideológica en nuestra tierra. Javier Torres Vela, Presidente del Parlamento Andaluz, se ha descolgado con unas declaraciones en las que propone que el director de Canal Sur lo elija el Parlamento, en vez de ponerlo a dedo el Gobierno de la Junta. No es nuevo el debate sobre si el director de la RTVA lo debe nombrar el Parlamento o el Gobierno; tampoco es un debate insulso, sino todo lo contrario, aunque resulta chocante que esto ya lo propuso el PP-A, y el PSOE-A lo rechazó con el voto en contra, entre otros, de Torres Vela. Bienvenida sea la evolución.

Pero la verdadera evolución sería un serio y profundo replanteamiento de la propia esencia de Canal Sur, de su filosofía, de su función y de sus contenidos. Desde hace década y media, los andaluces disfrutamos de una televisión y una radio públicas que nos cuestan un riñón y buena parte del otro. Sólo desmenuzar la anterior afirmación nos llevaría no el limitado espacio de un artículo, sino casi un tratado.

Vayamos por partes. "Los andaluces disfrutamos..." es una forma de hablar, porque difícilmente se puede llamar disfrute a la contemplación pasiva (por breves minutos, hasta que cambiamos de canal) de Canal Sur, pero sobre todo es que no podemos hablar de "los andaluces" en general, porque hay una buena parte de la población andaluza que no se identifica ni de lejos con la imagen de Andalucía y de los andaluces que ofrece la RTVA, cuando no rechaza asqueada el contenido altamente politizado de la programación en general de Canal Sur, y especialmente de los informativos. Periódicamente publican los medios de comunicación cuadros comparativos del tiempo de aparición en pantalla de los respectivos dirigentes políticos, y siempre son Chaves y Zapatero los que más salen. Digo yo que habrá ocasiones en que tenga que ser así; pero ¿siempre? ¿tanto? Y ¿por qué salen tan poco los otros? Si me dicen que es porque se ajusta a la respectiva proporción en el Parlamento Andaluz, me parece mal, porque sin ser experto en sociología o en comunicación me parece un disparate que la importancia informativa de las cosas dependa de la proporción de la representación de cada uno en las instituciones públicas. Sencillamente disparatado. Además, es mentira, porque los ex comunistas de IU salen más que los del PP, cuando éstos tienen más representación. Y eso es sólo la forma, la aparición en pantalla; si hablamos del sesgo político y politizado de la información que se da...

Y si me dicen que es porque responde a la realidad informativa, no me lo creo, porque no puedo creer que sean siempre los de un partido los que generen noticias, y nunca los de los demás partidos. Aquí hay gato encerrado.

Continuemos: "...disfrutamos... de una televisión y radio públicas...", lo que debería significar al servicio de todos, y especialmente al servicio de Andalucía. ¿Qué es lo que diferencia una televisión pública de una privada? Pues básicamente, que la privada está para ganar dinero, sin importar los contenidos, o precisamente ajustando los contenidos al objetivo de ganar dinero, y la pública está para contribuir al desarrollo social, cultural, económico y como pueblo de Andalucía, y no para ajustar su programación a criterios puramente comerciales (telenovelas, reality-show, etcétera).

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Y del "riñón y parte del otro" que nos cuesta Canal Sur, qué les voy a contar. En el año 2002, 190 millones de euros (casi 32.000 millones de las antiguas pesetas, ¡qué vertigo!) de gastos presupuestados. Pero como son unos manirrotos y unos pésimos administradores, los andaluces hemos tenido que poner otros 11 millones de euros (más de 1.800 millones de pesetas) más, para tapar el agujero. ¡La de colegios, guarderías, bibliotecas, parques... que se podrían hacer con ese dinero!

Conclusión: los contenidos actuales de Canal Sur son en su mayoría chabacanos, groseros, chocarreros... puramente comerciales. La información es partidista, sesgada, manipuladora... pura propaganda política. Me sumo, pues, y con entusiasmo, a los expertos que en los trabajos preparatorios del documento sobre la Segunda Modernización piden encarecidamente a Chaves que "dé un giro en Canal Sur... reorientando su rumbo para contribuir al desarrollo de la comunidad y no tener como objetivo prioritario la mera rentabilidad económica". O a los que acusan a Canal Sur de ser el "baluarte de muchos aspectos arcaizantes y tópicos que aun recrean la imagen de Andalucía".

¿Y si simplemente la cerramos? Porque, para lo que hace...

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