Dos conflictos incomparables

Los inversores deben moverse con cautela porque el alza de las bolsas será breve

Comparten el mismo escenario y, prácticamente, idénticos rivales. Sin embargo, la reacción de los inversores a esta ya llamada segunda Guerra de Golfo ha sido mucho más cautelosa en relación con el optimista rebote que se produjo hace 12 años en las bolsas, los bonos y en los mercados del petróleo. El escenario económico adverso, la propia desconfianza en la renta variable y la división entre los países sobre la guerra impiden la comparación.

Las incógnitas que rodean a una guerra obligan a los analistas a fijarse en otros conflictos que permitan adivinar el desenlace de tan traumática ...

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Comparten el mismo escenario y, prácticamente, idénticos rivales. Sin embargo, la reacción de los inversores a esta ya llamada segunda Guerra de Golfo ha sido mucho más cautelosa en relación con el optimista rebote que se produjo hace 12 años en las bolsas, los bonos y en los mercados del petróleo. El escenario económico adverso, la propia desconfianza en la renta variable y la división entre los países sobre la guerra impiden la comparación.

La falta de consenso internacional en el conflicto bélico introduce nuevas incertidumbres que los mercados descuentan

Las incógnitas que rodean a una guerra obligan a los analistas a fijarse en otros conflictos que permitan adivinar el desenlace de tan traumática e imprevisible situación. Sin embargo, el comportamiento de los mercados ya ha sido muy distinto en su intensidad.

Por ejemplo, el precio del petróleo comenzó a subir tras la invasión iraquí de Kuwait hasta alcanzar un máximo de 40 dólares el barril. El inicio de las hostilidades provocó una rápida caída del petróleo que llegó a los 18 dólares al comienzo de la invasión terrestre, para situarse en los 20 dólares una vez terminado el conflicto. Ahora resultaría casi imposible volver a esos niveles en el petróleo cuando la propia OPEP tiene fijada una banda de oscilación de precios que va de los 22 a los 25 dólares, niveles en los que interviene aumentando o reduciendo la producción de crudo.

En las bolsas, el efecto fue muy similar, con un rebote muy fuerte que las empujó a recuperar en pocas fechas lo perdido desde la invasion kuwaití. La Bolsa estadounidense fue la clara ganadora. Este mercado, después de caer más de un 10%, empezó a recuperarse con el inicio de las hostilidades para subir el 20,3% al cierre de 1991.

En la sesión del pasado jueves, con el inicio de los ataques, las cosas fueron muy distintas para los mercados de acciones, que sufrieron ligeras caídas. El pasado viernes, sin embargo, sí se produjo una reacción alcista en los mercados europeos, aunque moderada.

Los mercados de deuda no sufrieron con la invasión de Kuwait, y el inicio de las hostilidades, así como el fin de la contienda, confirmaron la tendencia alcista en los bonos con entrada de dinero fresco que elevó el precio de estos activos. También en Estados Unidos las ganancias fueron sustancialmente superiores a las obtenidas en Europa, tanto en 1990 como en 1991.

Sólidas diferencias

Ahora, los bonos están sufriendo la salida del dinero del mercado que se refleja en el aumento de rentabilidades y la caída del precio de estos activos. Un elemento que ya no sólo indica moderación, sino sentido contrario al vivido en la anterior guerra del Golfo. Hay analistas que no encuentran paralelismos y creen que el inicio de las hostilidades puede no ser tan positivo para la evolución de los mercados financieros. En un reciente estudio de la firma Merrill Lynch, su director de estrategia apunta algunas variables que hacen difícil que se repita la situación vivida en la primera contienda. No descarta una rápida subida del mercado en el inicio de las hostilidades, pero cree que durará muy pocos días para retomar la senda bajista con más entusiasmo. "En primer lugar, porque las bolsas están actualmente más caras que lo que lo estaban a comienzos de 1991". "Además", añade, "la economía global se encuentra cerca de un periodo de recesión y de deflación. Hay un bajo crecimiento en la mayoría de las zonas económicas, cuando en 1991 Japón y Alemania crecían de manera sólida y había cierta debilidad en Estados Unidos y Gran Bretaña", concluye.

Los analistas de Goldman Sachs creen que la inestabilidad geopolítica continuará tras el conflicto. Además, el petróleo no caerá mucho más de los niveles actuales y, por último, estiman que las previsiones de aumento del PIB sobre las principales economías occidentales son demasiado optimistas.

Los expertos de Citigroup no encuentran tampoco paralelismos entre el actual conflicto y la pasada guerra del Golfo. Eso sí, confía en que en las próximas semanas continuarán las alzas de la tanda anterior, pero pide cautela a los inversores, a los que recomienda esperarse hasta que se despejen más las incertidumbres.

Habría, además, nuevos argumentos que también pesan sobre el ánimo de los inversores. Esta crisis se produce en un momento de desconfianza hacia los resultados empresariales de las compañías. Los escándalos contables, que no paran de sucederse, elevan la prima de riesgo por invertir en Bolsa. Éste es un fenómeno novedoso que no influía en las decisiones de las inversiones durante la primera guerra del Golfo.

También los mercados valoran los apoyos que se han logrado para emprender esta nueva ofensiva. Esta falta de acuerdo aporta numerosas incertidumbres al conflicto actual. Las posibilidades de que el conflicto se extienda o que queden secuelas perdurables se antojan mucho mayores que en la pasada contienda.

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