Un documental recupera la peculiar figura del músico Bola de Nieve
El filme clausura el festival de Nueva York
Bola de Nieve era un juego de contradicciones: negro y homosexual en un entorno racista y homófobo, prorrevolucionario, santero... La música era donde conseguía pacificarlo todo". De este modo resumió ayer Mariano Maresca el documental que ha escrito sobre el cantante y pianista cubano. El protagonista de la cinta Bola de Nieve, Ignacio Villa (1911-1971), pasó a la historia como uno de los artistas cubanos más importantes del siglo XX.
A pesar de la admiración que le profesaron Pablo Neruda, Alejo Carpentier, Edith Piaf o Andrés Segovia y de ser una personalidad en Latinoamérica, su figura se veía amenazada por el olvido. "La idea de hacer un documental sobre Bola de Nieve surgió cuando descubrimos la personalidad apabullante de alguien que sólo conocíamos por su música y sus canciones", señala el coguionista y director de la película, José Sánchez-Montes. El documental, en el que participan España, Cuba y México, se aleja un tanto del modelo de investigación exhaustiva. "Queríamos que la gente se enamorase de un personaje fascinante; pero tampoco dejar sin tocar la parte enigmática que siempre tuvo", señaló Sánchez Montes.
Otra de las premisas de la producción fue huir de la voz en off y del desfile de grandes figuras hablando sobre su vida y obra sin haberle conocido. La película acaba de clausurar el Festival de Cine Latino de Nueva York e inicia ahora una gira por otros certámenes, aunque por el momento no cuenta con una fecha de estreno en salas comerciales.
La música de Bola de Nieve reunía la tradición afrocubana, el bolero, el jazz o el mambo. Sus interpretaciones de Mama Inés, La vie en rose o Mama perfecta forman parte de la música popular del siglo XX.
Tanto Sánchez-Montes como Maresca afirman que su película se aleja de la corriente de documentales sobre músicos cubanos que se están produciendo en los últimos años, como es el caso de Buena Vista Social Club. "Nuestra propuesta", explicó el director, "es mucho más humilde tanto en la concepción como en la producción, y también más personal".
