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La OTAN desea jugar un papel más activo en Afganistán

Descartada la posibilidad de tener una función en una eventual reconstrucción de Irak, el secretario general de la OTAN, George Robertson, juega una última baza que le reporte prestigio antes de su retirada a fin de año. Robertson quiere que la Alianza Atlántica desempeñe una función activa y permanente en Afganistán. No sólo lo quiere él, también Estados Unidos y la mayoría de los socios aliados, con excepción de Francia, que se resiste a que la organización militar expanda su radio de acción más allá de sus confines geográficos.

"El secretario general espera lograr un consenso pronto, en cualquier caso antes de que Canadá releve en septiembre a Alemania y Holanda al frente de la misión internacional en Afganistán", dice un alto cargo diplomático europeo. "El problema está, de nuevo, en los franceses, pero se piensa en fórmulas para sortear el rechazo".

La ISAF (en sus siglas en inglés), la fuerza militar internacional desplegada en Afganistán en enero de 2002 tras la caída del régimen talibán, cuenta con cerca de 5.000 soldados de una veintena de países, entre ellos España, y tienen por ahora como función exclusiva la protección de la capital, Kabul.

El mando es rotatorio y desde su inicio ha pasado por británicos, turcos y actualmente de forma conjunta por alemanes y holandeses. Canadá asumirá el relevo en septiembre pero ya ha solicitado que sea la OTAN quien lo haga colectivamente.

Primera gran prueba

"En realidad, la primera prueba de la nueva OTAN ha estado en Afganistán, ayudando a alemanes y holandeses como lo habían pedido", comentaba con un punto de orgullo Robertson a un grupo de periodistas días después de la gran crisis interna que fracturó el mes pasado a la organización por las divergencias sobre Irak y la puesta en acción de medidas preventivas de defensa para Turquía en caso de un ataque iraquí.

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La contribución atlántica en Afganistán se limita a logística, comunicaciones y espionaje. Pero EE UU quiere que sea a partir de ahora mucho más relevante, que sea directamente la OTAN quien dirija la ISAF y que se pueda sacar máximo provecho a la experiencia de la organización en los Balcanes. La misión no se ceñiría a la protección de Kabul, sino que se extendería a todo el país centroasiático.

Francia cuenta en la ISAF con medio millar de tropas, pero teme que una operación con la etiqueta OTAN prolongue su presencia allí mucho más tiempo justo en un momento en el que París refuerza su contingente en Costa de Marfil y se prepara con los demás países de la UE a relevar a EE UU en Bosnia-Herzegovina el año que viene.

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