_
_
_
_
_
AMENAZA DE GUERRA | El desarme de Irak

Irak declara que posee pruebas de la eliminación de 550 proyectiles químicos

"Mi tarea es eliminar las excusas para la guerra", dice el general iraquí de desarme

Ángeles Espinosa

Irak quiere demostrar que está haciendo todo lo que se le pide para evitar la guerra. El responsable iraquí del desarme, general Amer Saadi, compareció ayer ante la prensa para probar la "cooperación activa" con los inspectores. Anunció la destrucción de otras seis unidades y la entrega de más pruebas para convencer a los expertos de la ONU de la destrucción de las cantidades de gas nervioso VX y ántrax que no están documentadas. Saadi amenazó, no obstante, con interrumpir el desmantelamiento de los misiles Al Samud 2 en caso de ataque.

Más información
DIARIO DEL CONFLICTO
EE UU espía a los países del Consejo de Seguridad
EE UU estudia planes militares alternativos tras el bloqueo del Parlamento de Turquía
Rusia, Francia y Alemania insisten en las inspecciones
¡No son las armas, estúpidos!
Washington despliega tropas en Jordania para manejar los Patriot
Miles de personas se manifiestan contra la guerra en Marruecos y Pakistán
La sombra de Bin Laden en el norte de Irak
EE UU: el imperio romano del siglo XXI
Irak ofrecerá un informe sobre la eliminación de su arsenal biológico en una semana

"Mi tarea es eliminar todas las excusas para la guerra", admitió Saadi; "si Irak no comete una violación grave y hay guerra, no será por nuestra culpa; para mí, eso es suficiente". "Estamos trabajando en todas las áreas que preocupan a Unmovic [la Comisión de Desarme de la ONU] y hemos abordado los asuntos de desarme pendientes", dijo, "esperamos que a satisfacción de Unmovic".

El general explicó, sin ocultar su satisfacción, que "han aparecido los 550 proyectiles de gas mostaza que faltaban". Según él, estaban incluidos en el total de destruidos entre 1992 y 1993 por Unscom, la agencia precursora de Unmovic. "Su ausencia se debía a un documento erróneo".

Más importante aún, si se confirma, es la aparición de "al menos ocho bombas R-400 intactas" en el aeródromo y campo de tiro de Al Aziziyah, a las afueras de Bagdad. Irak siempre ha defendido que en 1991 destruyó el ántrax que poseía y que estaba cargado en esos proyectiles aéreos. Sin embargo, nunca ha podido demostrarlo. La semana pasada invitó a los inspectores a presenciar las excavaciones que estaban realizando en el lugar de la supuesta destrucción para, con ayuda de nuevas técnicas, tratar de cuantificar el ántrax eliminado.

El sábado, el vicedirector de Unmovic dijo a los periodistas que algunos de los trozos de bombas desenterrados tenían trazas de un líquido, pero que habría que esperar a los análisis para estar saber su naturaleza. Saadi afirmó que los restos encontrados hasta el momento se aproximan a los 157 proyectiles que ellos aseguran haber destruido en ese lugar. Ahora, el descubrimiento de varias de ellas intactas "permitirá que se analice su contenido y corroborará nuestros argumentos", defendió.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Saadi se mostró igualmente convencido de que, con las nuevas técnicas disponibles, los inspectores podrán verificar la destrucción unilateral de las 1,5 toneladas de gas nervioso VX en un vertedero cercano a Al Muthanna. "Nuestras discusiones de hoy con los expertos de Unmovic", explicó casi a la misma hora en que estaban reunidos, "están orientadas a encontrar otra forma de verificar nuestras afirmaciones, a que se cuantifique técnicamente lo que hemos destruido con técnicas modernas".

Destrucción de misiles

Irak está cediendo a las presiones internacionales con la esperanza de alejar de forma indefinida la amenaza de la guerra. Sin embargo, no oculta sus recelos. "Si en esta primera etapa durante este mes se descubre que Estados Unidos no actúa de acuerdo con la legalidad internacional, ¿por qué deberíamos continuar [la destrucción de los misiles Al Samud 2]", planteó Saadi.

La decisión de aceptar el desmantelamiento del programa misilístico Al Samud ha sido muy dolorosa para los iraquíes, que siempre han defendido que no sobrepasaban el límite de 150 kilómetros permitido por el alto el fuego de la guerra del Golfo. De hecho, y a pesar del previsible impacto que hubieran tenido en la opinión pública mundial, no ha habido imágenes de la inutilización de los 10 primeros misiles, 4 el sábado y 6 ayer.

"En otras ocasiones, ha sido Unmovic [la Comisión de Desarme de la ONU] quien ha facilitado las fotos, pero en esta ocasión les hemos pedido que no lo hagan porque también tendrían un impacto en la población iraquí", justificó Saadi. "Es demasiado duro. Es inaceptable, por eso no las hemos difundido". Sin embargo, los expertos señalan que en la próxima guerra Irak no va a depender de los misiles.

"Sus fuerzas van a centrarse en la guerrilla urbana, donde es difícil que la tecnología estadounidense pueda lograr la supremacía", aseguraba recientemente a EL PAÍS el profesor Wadmi Nadmi, de la Universidad de Bagdad.

Saadi confirmó la cifra de "más de cien misiles" que los inspectores habían filtrado a los medios de comunicación. "Además de los que están en diferentes fases de montaje, hay también componentes. Así que unos con otros pueden llegar a 120. Llevará tiempo [destruirlos]", concluyó sin revelar el calendario acordado con Unmovic. Además de los cohetes, los iraquíes destruyeron ayer el segundo horno de fundición utilizado para licuefactar el combustible que impulsaba los Al Samud.

Un trabajador iraquí utiliza un soplete en una pìeza destinada a la fabricación de combustible para misiles.
Un trabajador iraquí utiliza un soplete en una pìeza destinada a la fabricación de combustible para misiles.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_