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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Corazón de hielo

No habrá moción de censura contra el alcalde de Andoain, de Batasuna, que se ha negado a condenar el asesinato del jefe de la policía local y militante socialista, Joseba Pagazaurtundua. Así lo han decidido PNV y EA, cuyo respaldo era necesario para que prosperase la iniciativa de socialistas y populares. Los motivos alegados para su negativa revelan la incapacidad actual de los dirigentes nacionalistas para ponerse en el lugar del otro o para hacer algo por razones diferentes al propio interés. La hermana del asesinado los definió muy bien: "Políticos con corazón de hielo".

El PNV argumenta que hay que respetar la mayoría salida de las urnas y que son los ciudadanos quienes tienen que censurar a Batasuna en las elecciones de mayo. Batasuna gobierna en Andoain, con cinco concejales sobre 17, en aplicación del Pacto de Lizarra que siguió a la tregua de ETA. La ruptura de ésta no llevó a la de los acuerdos que mantenían a Batasuna al frente de al menos 17 municipios. Por supuesto que habría sido preferible plantear las mociones entonces, como exigieron PP y PSOE, pero es mejor plantearlas ahora que dejar las cosas como están.

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Al menos en Andoain. Este municipio encarna las contradicciones del PNV. Dice que el objetivo principal es acabar con el terrorismo, pero se niega a tomar cualquier iniciativa que pueda molestar a ETA o a su brazo político. No sólo por razones ideológicas, sino porque su estrategia de mantenimiento en el poder pasa ahora por hacerse con los votos de los radicales, y ello implica no hacer nada que les incomode. A estas alturas, tratar a Batasuna como a un partido más, obviando su papel en el entramado de coacción contra las fuerzas no nacionalistas, es complicidad interesada.

Corazón de hielo demuestra tener Arzalluz al utilizar una concentración de protesta contra el asesinato de Pagazaurtundua para amenazar a los socialistas con no se sabe qué represalias. Zapatero había dicho que mientras los terroristas se dediquen a eliminar a militantes de los demás partidos, "el único proyecto posible es acabar con ETA". ¿Qué hay de ofensivo para Arzalluz en esas palabras? Porque ser consecuente con ellas llevaría a secundar iniciativas como las mociones de censura, lo que ahora mismo no conviene a su partido. No es compatible con los valores democráticos que, pudiendo evitarlo, se mantenga en la alcaldía a alguien que convalida con su silencio el asesinato de sus funcionarios si son de otro partido. Así lo han entendido los policías locales, que ayer se encerraron en el Consistorio, exigiendo que el alcalde condene el asesinato de su compañero o dimita.

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