Medio Ambiente traslada a Doñana a tres linces para iniciar el programa de cría en cautividad

Los coordinadores del plan pretenden cruzar a un ejemplar macho con cuatro hembras

Todas las esperanzas de que el programa de cría en cautividad del lince ibérico sea un éxito descansan en Fermín, un ejemplar macho de apenas dos años que ayer llegó al centro de recuperación de especies El Acebuche, en el Parque Nacional de Doñana. Junto a Fermín también llegaron Aura y Sali, dos hembras de un año de edad procedentes del zoo de Jerez que, al igual que Morena y Esperanza, otras dos hembras de lince que ya aguardaban en Doñana, forman el primer núcleo para la cría en cautividad de esta especie en pelig...

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Todas las esperanzas de que el programa de cría en cautividad del lince ibérico sea un éxito descansan en Fermín, un ejemplar macho de apenas dos años que ayer llegó al centro de recuperación de especies El Acebuche, en el Parque Nacional de Doñana. Junto a Fermín también llegaron Aura y Sali, dos hembras de un año de edad procedentes del zoo de Jerez que, al igual que Morena y Esperanza, otras dos hembras de lince que ya aguardaban en Doñana, forman el primer núcleo para la cría en cautividad de esta especie en peligro de extinción.

Sobre estos cinco ejemplares gira este programa pionero para la cría en cautividad del lince ibérico, cuya población se estima en torno a los 300 ejemplares, repartidos en Doñana y algunos enclaves de Sierra Morena. La principal preocupación de los responsables del proyecto, en marcha desde 1999, reside en cómo responderá Fermín al reto de tener que aparearse con esa especie de harén que le han preparado en el centro de recuperación de especies El Acebuche.

Pero hasta que llegue su gran momento, Fermín, al igual que Aura y Sali, tendrán que pasar al menos un mes en las jaulas de cuarentena en las que ayer fueron alojados. Una vez superados todos los controles veterinarios pertinentes, este macho y las dos hembras serán trasladados a un recinto de unos 500 metros cuadrados que reproduce fielmente su hábitat natural, donde ya esperan Morena y Esperanza, las otras dos hembras que fueron capturadas en su día para formar parte de este programa de cría en cautividad.

Para ese momento, está previsto que los ejemplares hembras se encuentren ya en celo, según explica Celia, veterinaria del centro El Acebuche, y entonces será cuando se verá si Fermín está capacitado para cumplir con su misión. En caso de que la reproducción natural no sea posible, se emplearían métodos técnicos para fecundar a las hembras. Si ninguna de estas dos fórmulas da el resultado esperado, los responsables del programa tendrán que retroceder unos cuantos pasos y proceder a la captura de otro lince macho.

"De todas formas tenemos que seguir capturando cachorros en un futuro para dotar de más ejemplares al programa de cría en cautividad", explica Miguel Ángel Simón, coordinador del proyecto en Andalucía, que espera obtener con el lince ibérico los buenos resultados que se han dado en la cría en cautividad del lince rojo.

Si todo marcha bien, en el plazo de un mes Fermín, que actualmente está ciego, habrá recuperado parte de la visión y estará listo para relacionarse con Aura, Sali, Esperanza y Morena que, a sus trece años, encara su última oportunidad para tener descendencia. Y si el programa tiene el éxito ansiado, la Consejería de Medio Ambiente tiene ya pensado un destino para recolocar a los nuevos ejemplares: una vasta zona de unas 8.000 hectáreas situada en los montes que lindan al este con el Parque Natural de Despeñaperros.

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