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La UE se muestra incapaz de acabar con el secreto bancario

Luxemburgo y Austria impiden el acuerdo

La Unión Europea ofreció ayer un espectáculo bochornoso al mostrase incapaz de cerrar un acuerdo para acabar con el secreto bancario y con 66 regímenes fiscales consideraros perniciosos para la competencia en el mercado único. Luxemburgo y Austria bloquearon la adopción de la directiva sobre la fiscalidad del ahorro porque exigían garantías de que Suiza hará lo propio. Los reproches se dirigieron también contra Reino Unido, ya que los dos países temen que las inversiones se escapen hacia la City londinense. Al final, todo queda pendiente de una nueva reunión que tendrá lugar el próximo 21 de enero.

La presidencia danesa en la UE intentaba arrancar un acuerdo a Quince sobre el conocido como el paquete fiscal, un conjunto de tres medidas que pretenden combatir la evasión y el fraude fiscal con tres instrumentos legales: una directiva para gravar los intereses obtenidos por un residente en las cuentas bancarias abiertas en otro Estado miembro de la UE, un código de conducta que tiene como objetivo desmantelar 66 regímenes fiscales perjudiciales para la competencia y una directivas sobre intereses y cánones para las empresas con inversiones extranjeras.

Pero al inicio de las negociaciones ya dejó entrever que la adopción del paquete fiscal se podía aplazar al año que viene bajo presidencia griega en el Ecofin. El problema de base sigue siendo el mismo. Luxemburgo y Austria se resistían en firme a firmar cualquier acuerdo en la directiva sobre la fiscalidad en el ahorro, y a renunciar así al secreto bancario, si Suiza no se comprometía en firme a informar a las autoridades fiscales sobre los datos bancarios de los inversores no residentes en el país. Bélgica, el tercer país con secreto bancario, sin embargo se desmarcó del grupo opositor como puso en evidencia su ministro de Finanzas, Didier Reynders.

Acusaciones

Y es que como afirmó el ministro de Economía luxemburgués, Jean-Claude Juncker, se trata de salvaguardar la "fortaleza" de su sector financiero. Por eso no es de extrañar que los dos países se manifestaran ayer contra Reino Unido y le acusaran de estar en el origen de la falta de acuerdo entre los Quince. El temor es que al establecer un sistema de intercambio de información automático entre las administraciones tributarias y aplicar una retención del 35%, las inversiones se dirijan hacia la City londinense porque el negocio financiero en sus países se haga menos atractivo.

Los ministros de Economía sí parece que superaron sus diferencias respecto a la directiva para armonizar los impuestos especiales que gravan los hidrocarburos y el consumo de energía. Pero la formalización definitiva del acuerdo, al sujetarse al resto del paquete fiscal, también queda sujeto a la reunión del 21 de enero.

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