Una victoria, ¿y qué?
Un partido que no sirvió para nada terminó con la victoria de España. Su único valor es estadístico. En algún anuario o balance figurará este resultado, que sólo merece el olvido por el juego y por las circunstancias en las que se disputó el encuentro, una de esas bromas pesadas que se gasta el fútbol a sí mismo, bromas permitidas por los clubes, incapaces de poner freno a una situación intolerable.