Ana Botella y Aznar, en campaña

España, la 'estabilidad de España', estar 'orgulloso de sentirse español', ver España como 'garantía de libertad', defender que 'unos españoles no sean más españoles que otros', conjurarse para que la Constitución española sea intocable y evitar 'aventuras e historias'... Este esquema de pensamiento define el proyecto del PP que ayer defendió el presidente del Gobierno, José María Aznar, en Málaga. Congregó a unas 7.000 personas (de un aforo de 8.500) en un pabellón que lleva el nombre del concejal José María Martín Carpena, asesinado por ETA en 2000.

Si el aplauso fuera la medida del respaldo político, Jaime Mayor Oreja habría quedado ayer situado en un aventajado primer plano dentro del Partido Popular, pues fue él quien recolectó la mayor ovación, después de Aznar, de sus correligionarios populares. Si el mensaje defendido en Málaga por el presidente del Gobierno marcara la pauta de cuál va a ser la posición política del PP en las próximas contiendas electorales, Jaime Mayor aún quedaría más refrendado, pues José María Aznar apostó sin fisuras por la 'cuestión nacional' como único elemento importante del debate político.

Aznar concluyó su mitin con esta proclama: 'Tenemos partido, tenemos proyecto, tenemos, de largo, el mejor equipo. Hace falta tener ganas de victoria, de esforzarse, de vernos a menudo, de mantener orgullosos nuestra idea de país, y de decirle a los españoles que confíen en el Partido Popular porque sólo el PP va a garantizar la estabilidad de España para la mayoría de los españoles'.

La convocatoria en el pabellón malagueño de Martín Carpena no pudo ser, quizá por lo improvisado de la organización, una apabullante réplica de la concentración socialista en la madrileña plaza de toros de Vistalegre hace dos semanas. Fue Ana Botella quien pareció llamar la atención de su marido cuando, justo después de tomar asiento, vieron que buena parte de las gradas del último piso aún estaban vacias y tapadas por una cortina, y eso daba imagen de que el estadio no ofrecía un lleno espectacular. Botella le dijo algo a Aznar, y éste a Javier Arenas. Inmediatamente el secretario general advirtió a los organizadores y éstos comenzaron a moverse y a hablar por sus teléfonos móviles. Al poco, buena parte de los asistentes que seguían el mitin de pie pero desde un lugar en que podían ver mejor a los líderes de su partido fueron llenando, esponjosamente, esas gradas vacías.

Ya sentados, ésos y los demás militantes populares, entre los que se encontraban 10 ministros (sólo faltaron Rodrigo Rato, Francisco Álvarez Cascos, Josep Piqué, Pilar del Castillo y Ana Palacio), escucharon a su líder frases como la siguiente: 'Nos sentimos serenamente, sencillamente y tranquilamente españoles' o 'hoy más que nunca España es libertad y es garantía de libertad'.

El presidente del Gobierno presumió de haber formado 'el mejor equipo, de largo, con capacidad para decidir con determinación'. Y pronosticó la peor de las derrotas para sus adversarios socialistas: la que resulta de ver que sus expectativas son humo: 'Algunos se van a llevar un disgusto mayor de lo que se piensan, porque han hinchado tanto el globo que vais a ver qué sorpresa se llevan cuando se les pinche', aventuró. Añadió que Zapatero es 'un globo que va a medio subir, pero que ya va pinchado a medio camino' por lo que le auguró, pronto, 'una gran desilusión'.