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Tribuna:OPINIÓN | Apuntes
Tribuna
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Fraude y pacto de silencio en Altea

Los avestruces acostumbran a esconder la cabeza ante un peligro inminente. Como los niños en sus rabietas. En una carta dirigida a la Consejeria de Educación en junio, un amplio grupo de profesores de Bellas Artes de Altea informaron al Conseller de lo que consideraban 'graves y continuas irregularidades (...) que afectan al correcto funcionamiento académico y al desarrollo democrático de esta Facultad'. A día de hoy, aún no han recibido respuesta. De hecho, a un buen número de los firmantes no se les ha renovado el contrato este año, a pesar de los informes favorables de las áreas de conocimiento y del departamento, y de las quejas de los alumnos y de sus delegados por la purga sufrida por el personal que se había mostrado crítico con la gestión de D. Ramón de Soto y su esposa, Dña. Natividad Navalón, al amparo del administrativamente inútil agosto. Nuestro grupo parlamentario inquirió sobre este asunto la semana pasada al Conseller.

En esa facultad hay este año varias asignaturas que no se están impartiendo, otras que se solapan en horarios y profesores, y el ambiente no para de empeorar. Ha descendido alarmantemente el número de matriculaciones nuevas y muchos alumnos abandonan el centro y se cambian a otros menos castigados (eso sí, después de haber aprobado el primer ciclo, porque incluso el plan de estudios de esta carrera es aquí tan deficitario y tan 'raro' que en ninguna otra facultad les convalidan las asignaturas de otro modo. Como decía De Soto en la prensa, la Facultad de BB AA de Altea empieza a tener una personalidad propia... lo malo es que es en el sentido negativo. Pero ni el equipo decanal, ni el rectoral, ni la misma Consejeria se quieren dar por enterados.

Se solicitaba en esa carta que se investigaran con carácter de urgencia 5 puntos:

1º El incumplimiento de la Normativa Singular Reguladora de la Miguel Hernández (U.M.H.) por no haber sido aplicado el reglamento marco de facultades, una vez completado el 20% de los estudios de la Titulación. 2º La ocupación irregular de los cargos de responsabilidad de la facultad. A día de hoy, el Decano sigue estando en funciones una vez ha salido ya la primera promoción de licenciados, su mujer sigue siendo la vicedecana en funciones y no existe ningún tipo de comisión, ni de gobierno ni académica, elegida por un procedimiento regular. 3º Se pedía la vigilancia del proceso por el que habían de quedar configuradas las distintas comisiones encargadas de elaborar los reglamentos que debían dotar de carácter legal a la facultad. El mismo decano en funciones ha podido prácticamente elaborarse un reglamento a su medida. 4º La vulneración de la autonomía de la unidad predepartamental constituida en la facultad, que había sido creada por el mismo Sr. De Soto y su señora, y gozó de pleno reconocimiento en el departamento hasta que la mayoría de los profesores de la Facultad propusieron una votación para destituir a la esposa del Decano, directora de la unidad desde su creación. Las actuaciones encaminadas a la supresión de la autonomía de la que hasta el momento había gozado dicho órgano culminaron con la reciente supresión definitiva. Y gracias a ello las últimas contrataciones del área de conocimiento de Escultura de la facultad (que dirige el susodicho matrimonio) no pasaron por el preceptivo control de la unidad predepartamental. Y 5º, se pedía que se investigara la irregularidad existente en la oferta realizada en dicha Facultad de una serie de 'asignaturas fantasma'. A un gran número de alumnos les faltaban créditos para licenciarse. La solución diseñada por los únicos responsables de la facultad tiene el mismo aire que comentamos aquí: se inventan unas asignaturas que no existen, que no son impartidas por nadie, aunque sí cobradas, y cuyas actas se les presentaron a los profesores presuntamente encargados de las mismas para firmarlas a su tiempo.

Sabemos que todo profesor que se negó a firmar semejante irregularidad ha conocido en sus propias carnes cómo se arreglan allí las cosas. 'Prácticamente no tengo oposición interna', declaraba recientemente el rector Jesús Rodriguez Marín. En la Facultad de Medicina lo han tenido que demostrar últimamente. Lo mismo le pasa al decano en funciones de Altea: ya no tiene oposición. Y lo peor es que nos tememos que el Conseller pretenda hacer lo mismo con la oposición. Pero la sociedad valenciana merece una respuesta inmediata del máximo responsable en materia educativa, para que aclare la falta de garantías en la obtención de un título universitario, no únicamente por el respeto que le debe a los jóvenes y a sus familias, por esta evidente desprotección, sino porque supone un golpe a la médula espinal del sistema público de universidades valencianas. Y en esto el Conseller no puede seguir la práctica del avestruz.

Trinidad Amorós es portavoz de Cultura y Universidad del Grupo Socialista en las Cortes.

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