Morán recuerda que la entrada en la UE consagró la democracia
El ex ministro socialista de Asuntos Exteriores Fernando Morán recordó ayer que fue la entrada en la Unión Europea, en 1986, la que significó la 'consagración y garantía' de la entonces aún incipiente democracia española. En unas jornadas organizadas por la Fundación Pablo Iglesias, que preside el ex número dos del PSOE Alfonso Guerra, para conmemorar los 20 años de la victoria de los socialistas, Morán hizo un extenso repaso a la difícil situación internacional en la que se enmarcó el 'avance histórico' de la entrada de España en la Comunidad Económica Europea. E insistió en que no sólo era la aspiración principal del Gobierno de Felipe González, sino que también lo había sido del de Adolfo Suárez, y sobre todo lo era de la enorme mayoría de la sociedad española. 'Queríamos recuperar nuestro lugar en el mundo, acabar con nuestro complejo de inferioridad y nuestra marginación secular con el acontecimiento histórico de la entrada en la UE'.
El ex ministro también se quejó de que la derecha, en el 'actual proceso de revisionismo histórico' esté tratando de argumentar que se negoció mal la entrada de España en la UE, y ofreció datos especialmente del contexto internacional para demostrar que no fue así.
Junto a él estaban otros dos socialistas, Emilio Menéndez del Valle, eurodiputado, y Ángel Viñas, asesor de Morán en esos años iniciales. El primero criticó al presidente del Gobierno, José María Aznar, por alinearse con EE UU frente a la tradicional fidelidad europeísta de España. Viñas recordó tras unos primeros años difíciles, España logró una situación en el panorama internacional muy estable que nunca antes hubiera imaginado.
Mientras, Xavier Vidal-Folch, director adjunto de EL PAÍS y corresponsal en Bruselas durante cinco años, destacó el consenso que había en la sociedad española sobre la necesidad de entrar en la UE. Destacó que el Parlamento español fue el único de toda Europa donde el Tratado de Adhesión fue ratificado por unanimidad de la cámara. Y resaltó que entonces la política exterior española nunca en términos de ganadores y perdedores, por lo que, en su opinión, dio muy buenos frutos.
