Todos los problemas, resueltos
Sábado 31 de agosto. Muchos volvemos de vacaciones y estamos descansando del ajetreado verano, descansando y viendo un poco la televisión. De pronto, una emisora de televisión de ámbito estatal interrumpe su emisión para dar un informativo especial.
Ya se sabe que en estos casos uno piensa lo peor: un nuevo atentado, una catástrofe natural o un espeluznante accidente. Pero no, lo que ocurre es que uno de los equipos de Madrid ha fichado a un jugador brasileño de rodillas de cristal, según los entendidos periodistas que cubren la información deportiva. Todas las radios, televisiones y periódicos (deportivos y generales) se hacen eco ampliamente de la noticia.
Uno despierta de la siesta que acompañaba a la contemplación del programa de la televisión y se prepara para volver al trabajo el lunes 2 de septiembre. Todo está solucionado en esta España y en este mundo que nos ha tocado vivir: tendremos todos unos trabajos y unos sueldos magníficos que nos permitirán vivir como nunca; el problema del terrorismo en el País Vasco se ha solucionado definitivamente; las viviendas están al alcance de todos y son muy económicas; no deberemos preocuparnos por la calidad de la educación porque será magnífica; en definitiva, todos los problemas han sido resueltos por este fichaje futbolístico y estamos en el Edén.
El 2 de septiembre he vuelto al trabajo y he comprobado que todo sigue igual que antes del citado fichaje. Una desilusión. Ya sólo falta que vuelvan a interrumpir la programación, y con ello mi siesta, para decirnos que Ronaldo se ha hecho una foto con el presidente del Gobierno.