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Crónica:VUELTA 2002
Crónica
Texto informativo con interpretación

Una fábula italiana

Di Luca, un 'crack', gana en Alcoi, y Savoldelli y su equipo llegan a un cuarto de hora

Carlos Arribas

Los corredores del Alexia son unos santos. Dicen que no cobran desde hace meses, lo que tampoco es tan extraño en el triste panorama ciclista de los últimos años. Y no sólo eso. Dicen que pagan para correr, que en agosto han puesto dinero de su bolsillo para pagar la gasolina de los coches del equipo. El Alexia no es un equipo cualquiera, además. Tiene el honor de contar en sus filas nada menos que con Paolo Savoldelli, el falco que le llaman, el halcón que vuela descendiendo los puertos; y no sólo eso, que Savoldelli es el ganador del último Giro y por eso, aunque el equipo no sea gran cosa, aunque los corredores estén hartos y cansados, aunque nadie tenga ilusión, están corriendo la Vuelta.

Vuelta 2002| 2

Valencia-Alcoi, 144,7 kilómetros 1. Danilo di Luca (Saeco) 3h 59m 35s 2. Erik Zabel (Telekom) m. t. 3. Óscar Camenzind (Phonak) m.t. 4. Ángel Edo (Milanesa) m.t. CLASIFICACIÓN GENERAL 1. Joseba Beloki (ONCE) 4h 25m 56s 2. Igor G. de Galdeano (ONCE) m. t. 3. José Azevedo (ONCE) m.t. 4. Mikel Zarabeitia (ONCE) m. t. ETAPA DE HOY S. Vicente del Raspeig-Murcia, 134,2 k. ETAPA DE MAÑANA Aguilas-Roquetas de Mar, 149,5 k.

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Y por si este panorama no fuera lo suficientemente desalentador, el sábado se enteraron los ciclistas de que tenían al demonio en casa. Mario Baccin, que así se llama quien oficialmente figura como segundo director del Alexia, ha sido acusado de múltiples delitos contra la ley del dopaje por la fiscalía de Padua. Es director-entrenador que también prepara a Quadranti, uno de los mejores aficionados italianos, quien en dos ocasiones esta temporada ha debido parar la actividad al tener el hematocrito superior a la norma. Con los ojos a cuadros se quedaron los corredores del Alexia al conocer que Baccin estaba con ellos. Cundió el desasosiego y algunos amenazaron con hacer las maletas e irse a casa. Pero no se van porque no cobran. Siguen en la Vuelta, pero de aquella manera. Ayer, llegado el Campello, el primer puerto de primera de la Vuelta, una provocación bajo el intenso calor de Levante, la mayoría del Alexia, incluido el halcón, se quedó en el furgón de cola. Llegaron a más de cuarto de hora.

Y así seguirán. Son una de las caras del fecundo, inmenso y terrible ciclismo italiano. La otra cara es la de Danilo di Luca, hermoso y espectacular con el maillot rojo del Saeco, oro fino, molido, uno de los grandes equipos del mundo, un equipo que se ha tomado la Vuelta muy en serio. O eso parece. Pese a ser buenos, los del Saeco no fueron al Tour porque a la organización de la grande boucle no le gustó que su líder, Gilberto Simoni, hubiera dado positivo por cocaína. 'Fue una injusticia', dice Di Luca. 'Y queremos demostrar en la Vuelta lo que habríamos sido capaces de hacer en el Tour'. O quizás no tanto. Pero casi. Simoni quiere ganar la Vuelta. Di Luca quiere ganar etapas. El primer deseo deberá esperar tres semanas. El segundo comenzó a cumplirse ayer entre los duros repechos de Cocentaina, donde Belda, y Alcoi.

Repechos y contrarrepechos. Ataques y contraataques. El Mapei enfilando al pelotón por orden de Freire. El Acqua & Sapone en la reserva. Todo parece controlado cuando, a falta de 11 kilómetros, saltan las alarmas. Óscar Sevilla tenía las piernas ligeras y rompió el guión. El líder del Kelme, aún afectado moralmente por su abandono en el Tour, se vio de repente cortado delante. Era bajando el puerto de tercera, el Revolcat, era cerca de la meta. Y no estaba solo. También iba con él su compañero Alejandro Valverde, un prometedor murciano con alma de clasicómano. Sevilla no levantó el pie. No pensó en su responsabilidad, sino que apretó los dientes y allá que se lanzó, quería llevar a Valverde a ganar la etapa. Con ellos marchaba el defensa del ONCE-Eroski, el portugués Azevedo, pero ello no evitó que el equipo del líder tuviera que atarse los machos. Sevilla es mucho Sevilla, por lo menos por ahora, y no se le puede dar ni un metro de ventaja. Así que el ONCE-Eroski de Beloki se puso en formación de caza. Así que el pelotón no pudo recobrar el fuelle en los últimos kilómetros; así que Freire y Cipollini, que pensaban en su primer duelo vibrante en la cuesta que lleva a Alcoi, se quedaron secos a 500 metros para gran goce de Di Luca.

El italiano, del 76, como Freire, como Mancebo, que hizo un alarde y saltó del pelotón para frenar definitivamente a Sevilla, es un artista. Un hombre fuerte, de gran talento y escasa cabeza. Gusta por sus destellos; disgusta porque a veces le falta seriedad en el oficio. Despreocupado o lo que sea, es un gran ciclista. No siendo un sprinter supo aprovechar el gran trabajo de su compañeros Sacchi y Glomser para superar con facilidad a Zabel, para demostrar que el Saeco no habla en vano. Hoy, en Murcia, tras un día llano, ya no será su día, ya les tocará explicarse a Cipollini, a Freire, a Petacchi, a Zabel, a toda la caterva de sprinters de la Vuelta.

Di Luca consigue la primera victoria al <i>sprint</i> de la Vuelta.
Di Luca consigue la primera victoria al sprint de la Vuelta.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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