Jan Johansson | Perfil

Un abogado que se hace el sueco

Jan Johansson, actual director ejecutivo de la empresa Boliden AB, a sus 47 años, tiene una extensa carrera en el mundo empresarial sueco, pero su trayectoria en el cargo actual data de un año. No tiene, por tanto, responsabilidad directa en la catástrofe de abril de 1998 que ocasionó daños medioambientales en el parque nacional de Doñana. Pero sí es responsable de la política asumida por la empresa frente a la multa de 45 millones de euros impuesta por el Gobierno español: negarse a pagar.

Respecto a los duros calificativos de la comisaria de Energía y Transportes de la Comisión Europe...

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Jan Johansson, actual director ejecutivo de la empresa Boliden AB, a sus 47 años, tiene una extensa carrera en el mundo empresarial sueco, pero su trayectoria en el cargo actual data de un año. No tiene, por tanto, responsabilidad directa en la catástrofe de abril de 1998 que ocasionó daños medioambientales en el parque nacional de Doñana. Pero sí es responsable de la política asumida por la empresa frente a la multa de 45 millones de euros impuesta por el Gobierno español: negarse a pagar.

Respecto a los duros calificativos de la comisaria de Energía y Transportes de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, sobre la ética empresarial de Boliden, no sólo en España sino en otros países, Johansson elige el silencio y se escuda en los requerimientos de su cargo, que le ocupan, argumenta, todo su tiempo, para eludir responder a preguntas formuladas al respecto.

Adoptando la vieja consigna bélica de que la mejor defensa es el ataque, Johansson ha optado por responsabilizar a Dragados de supuestos defectos de diseño y construcción de la represa de Aznalcóllar, que serían, según él, los causantes de su rotura y el desastre consiguiente del vertido de seis millones de metros cúbicos de lodos metálicos y ácidos en los alrededores del parque. Y exige, en consecuencia, una indemnización de 500 millones de coronas, unos 55 millones de euros.

Antes de ocupar su cargo de director ejecutivo en Boliden, el 1 de agosto del año pasado, Jan Johansson, casado y padre de dos hijas adolescentes, se graduó de abogado y trabajó como tal primero en provincias y luego en Estocolmo. De esos años data su afición por los automóviles de marcas deportivas -conduce un Mustang Cab- y por los motores. En su juventud practicó deportes y se perfiló como un profesional de élite en el arte de arrojar la jabalina. Después se aficionó a la navegación a vela y cambió un Jaguar por un barco tras abocarse al duro aprendizaje de la navegación. Ingresó más tarde como jurista en Svenska Shell, donde estuvo 12 años. En 1994 fue designado para la vicepresidencia ejecutiva de la empresa estatal Vatenffall, con responsabilidad en la expansión al exterior, lo que le permitió adquirir contactos internacionales.

La empresa de telecomunicaciones Telia, donde dirigió la división Telia Networks, fue su último empleo antes de ser reclutado por Boliden, en plena crisis. Un año después, Johansson puede sentirse satisfecho con su gestión: Boliden ha logrado invertir la tendencia y anotar, en el primer semestre del año, una ganancia de 21 millones de coronas frente a unas pérdidas de 624 millones en el año anterior.

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