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LA INSEGURIDAD CIUDADANA

Un guardia civil hiere de un tiro en la cabeza a un joven que cometió un atraco con una pistola falsa

Dos agentes hacían un control rutinario a un estanco de Sevilla cuando entraron cuatro ladrones

Un joven de 18 años recibió un disparó en la cabeza cuando huía de un par de agentes de la Guardia Civil tras atracar un estanco en Sevilla junto a otras tres personas. Según fuentes oficiales, los guardias de paisano estaban realizando una inspección rutinaria en el establecimiento, situado en la plaza de Las Moradas, en el barrio del Parque Amate, cuando los cuatro atracadores entraron blandiendo un machete y una pistola que posteriormente se comprobó que era de fogueo. Durante la huida, el joven recibió un disparo en la cabeza y otro en el muslo. El herido permanecía anoche en coma.

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Según un vecino que vive encima del estanco y que combatía el calor sentado frente a la ventana, poco después de las dos de la tarde, tras escuchar varios gritos, observó como dos de los jóvenes huían a bordo de un ciclomotor, mientras que otro echó a correr en dirección a la avenida de San Juan de la Cruz.

Siempre según el mismo testigo, tras darle el alto al joven, los guardias comenzaron a disparar. Una de las balas impactó en el lateral de su furgoneta, aparcada a apenas tres metros de la puerta del estanco. Este vecino recogió tras casquillos del suelo y lo que quedaba de la bala que dio en su vehículo y los puso a disposición de la Fiscalía de Sevilla, ya que, a su juicio la actuación de la Guardia Civil fue desproporcionada.

Fuentes próximas a la investigación sostienen, sin embargo, que los disparos de los guardias sólo se produjeron después de que el atracador les amenazara con el arma (que los agentes desconocían que era de fogueo).

El joven siguió huyendo y, un centenar de metros más allá, torció a la derecha por la avenida de San Juan de la Cruz. La persecución continuó y hubo numerosos tiros, según grupos de testigos presenciales. Fuentes policiales aseguran que el cuarto implicado en el robo esperaba al ahora herido a bordo de un ciclomotor con el que ambos intentaron fugarse.

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El tiroteo continuó por la avenida San Juan de la Cruz hasta que, según la policía, uno de los jóvenes se desplomó. Había recibido un balazo en la cabeza y otro en el muslo derecho.

La distancia entre el lugar en el que la Guardia Civil disparó por primera vez y el lugar en el que el joven fue alcanzado por una bala en la cabeza distan alrededor de 300 metros.

Este hecho hizo que muchos de los vecinos del citado barrio sevillano comenzaran a gritar en contra de los agentes, ya que consideraban que se había tratado de una persecución demasiado prolongada en la que, a juicio de estas personas, los agentes debían de haber guardado las armas y no poner en riesgo la vida del atracador y la de los muchos viandantes.

Según los habitantes del barrio, el joven era conocido en la zona y por los distintos cuerpos policiales debido a sus hábitos de consumo de drogas y que contaba con antecedentes por detenciones previas, por lo que no habría sido difícil capturarlo con posterioridad.

Según la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía, el herido pertenecía a una banda de jóvenes delincuentes que habían cometido diversos atracos a establecimientos en el propio barrio Parque Amate y los colindantes del Cerro del Águila y Los Pajaritos. Las mismas fuentes sostienen que muchos de los integrantes de esta banda son aún menores y que el propio herido hacía poco que había cumplido los 18 años.

Este grupo es sospechoso de haber cometido tres atracos en la zona durante la semana pasada y fueron detenidos el 11 de junio, acusados de haber robado en una joyería. En la noche de ayer, ninguno de los tres presuntos acompañantes del herido en el atraco al estanco había sido detenido, aunque la policía desplegó un operativo en los barrios más conflictivos de Sevilla para buscarlos.

Incidentes en la calle

Inmediatamente después del tiroteo, muchos viandantes y vecinos se echaron a la calle y acorralaron a los guardias y a policías nacionales que habían acudido en su apoyo. Estos vecinos comenzaron a tirar piedras a los agentes y llegaron a volcar un coche policial camuflado, un Renault Clío de color blanco, a escasos metros del lugar donde fue herido el joven.

Durante los incidentes entre vecinos y policías, un agente resultó herido al recibir una fuerte patada en la ingle. Además, la policía detuvo a un joven que había participado en la rotura de las lunas del coche camuflado.

En el barrio donde sucedió el incidente se registran bastantes episodios de delincuencia relacionados con menores o jóvenes. En la mayoría de los casos, éstos son adictos a los estupefacientes y se pagan sus dosis con lo que obtiene de robos, atracos y tirones.

La ira de algunos de los vecinos llegó ayer hasta el propio estanquero. Según fuentes policiales, un grupo de personas le recriminó la actuación de la Guardia Civil. Los vecinos insistían en lo desproporcionado de la acción policial por un atraco, aunque en realidad la presencia de los guardias en el establecimiento fue pura casualidad.

Agentes de policía voltean el coche camuflado que fue volcado por vecinos del barrio del Parque Amate tras el tiroteo.
Agentes de policía voltean el coche camuflado que fue volcado por vecinos del barrio del Parque Amate tras el tiroteo.GARCÍA CORDERO

Peligrosas armas de fogueo

La policía aseguraba ayer que ya había localizado la armería en la que el ahora herido había comprado su arma de fogueo. El propietario reconoció la fotografía del joven que le llevó la policía.

También según fuentes policiales, este grupo de jóvenes delincuentes había hecho uso de esa misma pistola falsa la noche del lunes en un robo en un semáforo de la avenida de La Borbolla.

Según los informes de los investigadores, uno de los integrantes de la banda habría intentado robar el bolso del interior de un vehículo mientras éste permanecía parado en el semáforo. El conductor de uno de los coches parados detrás se dio cuenta y aceleró, empujando hacia adelante en el que se estaba cometiendo el robo. Siempre según las mismas fuentes, el ladrón se cayó al suelo y, enfadado, sacó del bolsillo el revolver falso y disparó tres salvas para crear confusión y facilitar su fuga.

Según los expertos, el uso de armas de fogueo por parte de los atracadores tiene un innegable efecto intimidatorio para las víctimas, pero puede ser un verdadero peligro para los ladrones, ya que, en caso de enfrentarse a la policía, es imposible que los agentes distingan si es real o no y se protegerán con sus armas.

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