La reválida de Zapatero
El líder socialista lleva mes y medio trabajando en el próximo debate de la nación, donde se volverán a medir sus dotes de liderazgo
Ya no hay espacio para el suspenso. José Luis Rodríguez Zapatero lleva más de mes y medio preparándose para uno de los mayores retos en su carrera política. Los próximos lunes 15 y martes 16 de julio se celebrará el debate sobre el estado de la nación. Ni el líder socialista ni sus colaboradores esperan la indulgencia de la que pudo beneficiarse el año pasado en su calidad de debutante. 'Al contrario', comenta su compañero de escaño y portavoz parlamentario, Jesús Caldera, 'sabemos que Aznar va a llegar más agresivo que nunca. Pero estamos preparados'.
En su primer debate, el propio Zapatero se concedió un aprobado. Ningún socialista empleó la palabra sobresaliente. En su grupo reconocían que el líder falló por enredarse en anécdotas cuando le llegó el turno de las réplicas. Pero hasta los socialistas más descreídos reconocían que Zapatero contaba con algo fundamental a su favor: el tiempo.
Zapatero ha mantenido reuniones con 80 políticos y otras 12 con 'gente de la calle'
'Esta vez las réplicas las estamos trabajando mejor', dice un asesor del líder socialista
'Esta vez las réplicas las estamos trabajando mejor', dice un asesor del líder socialista
Ha pasado un año y una huelga general desde entonces. El lunes a las doce del mediodía iniciará su discurso el presidente del Gobierno. Y a las cuatro de la tarde, Zapatero responderá con el suyo.
Para que no haya ningún resquicio en la estructura y contenido del discurso, en la idea del mensaje que se quiere trasmitir, el jefe de gabinete de Zapatero, José Andrés Torres-Mora, ha ido convocando en la sede de Ferraz a 80 políticos socialistas (diputados, senadores alcaldes urbanos y rurales...) separados en grupos de seis. Las preguntas siempre eran las mismas: ¿Qué crees tú que le preocupa a la gente? ¿Qué te dicen en tu barrio? ¿Qué soluciones ves? Torres-Mora, asesorado por el jefe parlamentario del grupo socialista, Jesús Caldera, ha mantenido una docena de reuniones con 'gente de la calle'.
A los socialistas les cuesta disimular el triunfalismo con el que acuden al próximo debate. Caldera asegura que su secretario general acude con toda la humildad del mundo pero 'con un liderazgo asentado'. 'Y Aznar es un presidente que se va. Éste será el último debate del estado de la nación en el que podrá apuntar algo de su programa de Gobierno. Y además, llega con claras muestras de desgaste. Tal vez por eso ha hecho lo imposible por estivalizar el debate. Podía haberse celebrado esta semana, tras la cumbre de Sevilla. Pero ha hecho todo lo posible por separarlo de los días de huelga, por meterlo de pleno en el verano'.
Los socialistas no quieren desvelar todas sus armas. Pero Caldera, número dos del PSOE, adelanta cuáles van a ser las líneas maestras del discurso de Zapatero: 'Un gran bloque de la intervención irá destinado a narrar cómo el Gobierno ha deteriorado los derechos consolidados de los españoles. Zapatero usará datos oficiales para mostrar la degradación de los servicios públicos. Y en un segundo bloque, afrontará temas muy importantes que no se han discutido porque este Gobierno lo ha impedido: como la corrupción, o mejor que la corrupción, la falta de controles. El ciudadano más indefenso ha sido la víctima de casos como el de Gescartera o el fracaso estrepitoso de la privatización de las grandes empresas'.
- ¿Se pretende con eso atacar a Rodrigo Rato, uno de los posibles candidatos a su sucesión?
- ¡Por supuesto que sí! -reconoce uno de los colaboradores de Zapatero.
- ¿Y para Mariano Rajoy, otro de los supuestos candidatos, también preparan críticas?
- La inseguridad ciudadana.
- ¿Y Jaime Mayor Oreja, el tercero en discordia?
- Es más difícil, porque no está en el Gobierno. Se esconde bien y lo tienen muy bien protegido.
- ¿Qué otros temas centrarán la atención de Zapatero?
- El fracaso en las relaciones exteriores. La cumbre de Sevilla, como dice la revista The Economist, no ha sido más que roncar, roncar y roncar. Y el tema de las relaciones con Marruecos, el de Gibraltar...
Zapatero no leerá el discurso, como no lo leyó el año pasado. 'Cuando llegue a la tribuna', comenta Torres-Mora, 'habrá movido, cambiado, resumido o ampliado tantas cosas que lo llevará en la cabeza. Sólo se guiará por un pequeño esquema'. Pero eso implica que ante las críticas o rumores que lleguen desde los escaños del PP pueda verse más indefenso. El año pasado acusó el golpe de los vituperios.
'Cuando bajó del estrado', recuerda un colaborador, 'me dijo: Es que se oían bastantes insultos'. 'A mí me contó', cuenta su jefe de gabinete, Torres-Mora, 'que lo peor de toda aquella bronca era que no se oía a sí mismo'. 'Y quieras o no', añade Caldera, 'cuando estás ahí en la tribuna, no estás leyendo y escuchas los insultos. Te descentras...'.
'De todas formas', señala otro colaborador, 'esta vez las réplicas las vamos a trabajar mejor. Sabemos que Aznar no va a responder al discurso de Zapatero, no lo hace nunca. Sólo se ciñe a dos o tres puntos. Zapatero preguntará por peras y Aznar responderá con manzanas. Con lo cual, en la contrarréplica, habrá que contestarle de la misma manera. Replicará a dos o tres cuestiones de Aznar e intentará trasmitir su mensaje'.
En el discurso del año pasado el líder socialista incidió en temas que meses después fueron ocupando más espacio en la prensa; cuestiones que iban desde la vivienda -'ha aumentado en los últimos años, siendo usted presidente del Gobierno, el 50% en su carestía'-, hasta los 'programas chabacanos' de la televisión pública, pasando por el talante de Aznar -'usted riñe mucho y tolera poco (...). Ustedes han discutido con los obispos de una manera clara. Se han enfadado profundamente con los jueces cuando sus resoluciones no les han gustado'-, y la reforma laboral, que justo un año después del debate provocó una huelga general: 'La reforma que ustedes han planteado no tiene el acuerdo de los sindicatos. Por cierto, sería bueno intentar de nuevo un diálogo con los sindicatos y con toda la sociedad sobre esta materia. [La reforma] es regresiva y no da más oportunidades a la estabilidad en el empleo'.
¿Pero qué quedó de aquel discurso en la memoria del espectador? A juzgar por los comentarios que provocó en días posteriores al debate, lo más recordado del discurso no fueron ni las alusiones a la política de inmigración, ni al desempleo, ni a la reforma universitaria, ni a la inseguridad ciudadana, sino la que hizo al Quijote. En la conclusión de su discurso, Zapatero dijo: 'Y la última propuesta, señorías (...). Como es conocido, en el año 2005 se cumplirá el 400º aniversario de la aparición del personaje más insigne de nuestra cultura, que es el Quijote (...). Le propongo, en consecuencia, señor Aznar, que ponga en marcha un gran programa cultural, con el Instituto Cervantes, con la Academia de la Lengua, con las universidades, para que hagamos que el siglo XXI, con esa potencia de lo que representa lo hispano, el Quijote, lo que simboliza, las oportunidades que hoy tiene España, se convierta en un nuevo siglo de oro de la cultura española. Nada más y muchas gracias'.
A lo que Aznar respondió: 'Por supuesto que nosotros estamos dispuestos a que el año 2005, que ha sido una de sus propuestas, sea un año en el cual, por supuesto, Cervantes y El Quijote, como su señoría ha dicho, constituyan un elemento de celebración no solamente española sino mundial. Estoy convencido de que eso no será mirado por parte de algunos como un síntoma de centralismo peligroso. Le quiero decir, señoría, que en el fondo, después de su exposición, no encuentro más que elementos que de carácter episódico y superficial'.
Zapatero prosiguió con el tema del Quijote en la réplica y Aznar le contestó después: 'Tengo que confesar a la Cámara que no esperaba que uno de los principales problemas que íbamos a discutir en este debate, lo cual me llena de satisfacción por otra parte, es la celebración, en 2005, de El Quijote'. En este momento, en las actas del Congreso se lee: 'Rumores. Aplausos'. Aznar prosigue con sorna: 'Me llena de satisfacción y me deja especialmente reconocido y tranquilo, señoría. Además, como partidario, haré todo lo posible para que la celebración sea un éxito'.
'Se malinterpretó lo del Quijote. Zapatero hablaba del valor estratégico del castellano como activo económico, político y cultural. Tal vez es verdad que no había que haber insistido en la réplica y contrarréplica. Pero el discurso de Zapatero en el debate de la nación fue el mejor discurso parlamentario de los últimos 25 años', señala Jesús Caldera, jefe del grupo parlamentario socialista.
Con más sorna aún que en lo del Quijote, Aznar respondió a la denuncia que hizo Zapatero en su réplica cuando aludió a un error en la página web de la Fundación Carolina, cuyo cometido es la promoción de las relaciones culturales entre España y Latinoamérica: 'He tomado nota de que, como segundo elemento de preocupación en esta materia, figura un error en la página web de la Fundación Carolina, que se dedica a las becas. [Aplausos] Estoy convencido de que sus servicios administrativos rectificarán ese gravísimo error que se ha planteado; comprendo que sea traído al debate del estado de la nación'.
'Es cierto que Zapatero se relajó en las réplicas', reconoce Caldera. 'Y claro, como los medios de comunicación necesitan reproducir mensajes sencillos y cortos, en principio parecía que el debate se reducía a lo del Quijote. Pero el discurso inicial fue tan bueno que, por primera vez desde que se implantaron estos debates en 1986, el líder de la oposición resultó ganador, como publicó el Centro de Investigaciones Sociológicas. Al final, el ciudadano común es mucho más inteligente de lo que nos creemos'.
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