Mostos futuristas

Lo primero que sorprende al hablar con Carlos San Pedro es su claridad sobre todos los conceptos del vino que elabora y el que desea hacer en un futuro. Son los Pujanza unos mostos con un concepto o una visión vanguardista que dan como resultado unos vinos elegantes. Respeta las variedades que cultiva -tempranillo y graciano- y quedan patentes en el resultado final, al igual que los aportes de la crianza que alcanzan un muy buen emparejamiento. Son caldos elegantes porque no cansan al consumidor y, a la vez, son profundos y persistentes. Pertenecen a la clase de vinos futuristas donde la elegancia y la profundidad no tiene que estar unida a la rotundidad.

La primera añada de Bodegas Pujanza fue su crianza 98. Aunque pasó 13 meses en barrica de roble francés, se etiquetó como genérico siguiendo la estela de los jóvenes riojanos que se niegan a clasificar sus vinos en crianzas, reservas o grandes reservas. Es un vino cremoso donde los aromas de frutos negros y torrefactos inundan en nariz y paladar, dando lugar a un mosto persistente y goloso. Pronto saldrá al mercado su crianza 99, un mosto con más nervio de capa media que deja paso a la complejidad con notas de trufa, carbón y mentoladas. Su degustación es imprescindible para conocer los nuevos Riojas.

El gran reto de la bodega es un nuevo vino de finca que verá la luz a finales de año. El Pujanza Norte 99, elaborado exclusivamente con uvas de esta finca en que el tempranillo comparte protagonismo con otras variedades, satisfará al consumidor que busca vinos concentrados con fondos minerales, maderas nobles. Opulento y largo sin agresividad, podría ser la enseña de la casa. La bodega con una sola añada en la calle está llamada a ser una de las grandes de Rioja alavesa en calidad.

Como un guiño a su pueblo y a su comarca, elabora un vino joven de maceración carbónica, Quertos, joven de cuerpo y estructura. La fruta fresca y las notas de la maceración carbónica están presentes sin empalagar.