_
_
_
_
_
CUMBRE DE LA UE EN SEVILLA

Aznar rebaja el plan sobre inmigración ilegal para salvar el consenso en la UE

Blair retira a última hora su apoyo al plan de castigar a los países que permitan el tráfico ilegal

Carlos Yárnoz

José María Aznar, presidente de turno de la UE, se vio obligado ayer en la cumbre de Sevilla a rebajar al máximo sus propuestas para castigar a los países de origen de emigrantes clandestinos. La dura oposición del francés Jacques Chirac, pero sobre todo la retirada del firme apoyo mantenido por el británico Tony Blair, hasta la víspera de la cumbre, forzaron a España a presentar ayer mismo por la mañana una nueva oferta que ya no incluye castigos concretos a esos Estados y se limita a hablar de 'medidas'. Sobre la cumbre sobrevoló durante la jornada el impacto de los atentados de ETA, pero también el Mundial. En la propuesta inicial, que España se había negado a modificar pese al rechazo de Francia y Suecia, entre otros, se indicaba que la UE podría 'revisar los créditos' o incluso 'suspender' los acuerdos de cooperación con países que incumplieran sus compromisos en la lucha contra la inmigración ilegal.

Más información
Decenas de miles de personas marchan en Sevilla contra "la Europa del capital"
Los Quince actuarán conjuntamente para expulsar en bloque a los inmigrantes indocumentados
Tema:: La inmigración en Europa
Gráfico:: Corrientes de inmigración en la UE
Participación:: Multiculturalismo e inmigración
Blair y Aznar quieren que la UE adopte sus tesis contra la inmigración ilegal
Aznar apuesta por la seguridad como la imagen de marca de su estrategia europea
La UE aprueba un plan conjunto de repatriación de inmigrantes
Caldera considera un fracaso los acuerdos mínimos alcanzados en Sevilla
La UE expulsará en primer lugar a los inmigrantes que hayan cometido delitos

Sólo una hora después de comenzar oficialmente la cumbre, fue difundido un nuevo 'proyecto de conclusiones de la presidencia' radicalmente diferente.

En lugar de esas amenazas -'los países ricos no pueden amenazar a los pobres', había advertido Francia- se indica que si los Quince comprueban 'por unanimidad' que se produce ese incumplimiento, la UE 'podrá adoptar medidas o posiciones en el marco de su Política Exterior y de Seguridad Común y de otras políticas de la Unión'. Para dejar más claro todo, el nuevo documento precisa que se respetarán 'los compromisos adquiridos por la Unión' sin que nunca queden afectados 'los objetivos de la cooperación al desarrollo'. Matizada la puerta del castigo, el documento que hoy aprobarán los líderes sí hará hincapié en las ayudas que darán a esos países de origen cuando colaboren con la Unión en el control de la inmigración ilegal.

Con esta fórmula en la mano, que será de nuevo perfilada para incluirla en las conclusiones finales de la cumbre, desaparecieron las discrepancias y el discurso de los Quince fue unánime. 'No se trata de castigar, sino de fomentar una condicionalidad positiva', comentó Jack Straw, ministro británico de Exteriores. 'Debemos incitar, convencer y respetar los derechos humanos', contó un portavoz oficial del Elíseo que había dicho el francés Jacques Chirac a sus colegas. 'Nunca empleamos el término sanción y los acicates tienen que venir por la vía positiva', comentó el español Josep Piqué.

El cambio de actitud de España, que en los últimos días se había negado a modificar un milímetro su postura gracias a la alianza con Blair, tuvo su origen en la nueva posición de éste. Fuentes británicas aseguraron ayer que las tesis de ambos habían provocado un enfrentamiento en el Gobierno inglés. La secretaria de Estado de Desarrollo, Clare Short, llegó a calificar de 'repugnante' hablar de castigo a esos países y, preguntado por ello, Straw declaró ayer que 'comparte' ese término. Fuentes oficiales de la Comisión añadieron que Gerhard Schröder hizo saber a Blair que, enfrascado en campaña electoral, tampoco apoyaría el texto español cuando en su país hay un 9% de inmigrantes, aunque sí acepta ahora una gestión común europea de los flujos migratorios, como reconoció ayer el canciller en la mesa del Consejo Europeo.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Ante tal panorama, Aznar optó por buscar de inmediato la fórmula de compromiso que había rechazado antes. Eso sí, los Quince aceptan y apoyan que habrá 'consecuencias' para los países que incumplan sus acuerdos con la UE sobre inmigración, que incluirán pactos de readmisión, el trato legal como delito del tráfico de inmigrantes o el embargo de bienes de las mafias. Porque, como insistió ayer Piqué, 'no hay transgresión más clara a los derechos humanos que la complicidad con la inmigración clandestina'. 'La UE', agregó, 'necesita a los inmigrantes respetando sus derechos de integración, pero eso sólo puede hacerse evitando la inmigración ilegal'.

Junto a la espada de las 'medidas' contra quienes incumplan, los Quince encargarán hoy a la Comisión Europea que elabore un plan financiero para ayudar a quienes sí colaboren. Ya hay disponibles unos 60 millones de euros, pero la cifra será incrementada. Por tanto, no se trata en efecto tanto de castigar como de premiar a quienes acepten las reglas que impongan los Quince, o sea, la 'condicionalidad positiva' de la que habla Straw.

Con este nuevo enfoque, Aznar tendrá hoy pocos problemas para que los Quince den su visto bueno al plan general sobre inmigración y los líderes incluirán la estrategia sobre inmigración en la Política Exterior, aprobarán con fechas un plan para el control de las fronteras exteriores, impulsarán normas comunes sobre concesiones de asilo, crearán un grupo estable de responsables de policías de fronteras y elaborarán programas conjuntos de repatriaciones de ilegales. Por eso, Sevilla sí consagrará como cuestión prioritaria para los próximos años la política europea de inmigración. 'Sevilla pasará a la historia por sentar las bases de una política de inmigración. Pero el mensaje básico no es punitivo, sino de voluntad de cooperación', resumió ayer la jornada Josep Piqué.

Jacques Chirac (izquierda) y José María Aznar, ayer en Sevilla.
Jacques Chirac (izquierda) y José María Aznar, ayer en Sevilla.GARCÍA CORDERO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_