_
_
_
_
_

La mujer asesinada en un parque de Tetuán, reconocida por sus hermanos diez días después

Dos hermanos de la víctima identificaron ayer en el Instituto Anatómico Forense el cadáver encontrado el pasado 26 de mayo por un viandante en el parque de Agustín Rodríguez Sahagún (Tetuán). La fallecida era la ecuatoriana Leila Yolanda Ordóñez Apolo, de 27 años, soltera. La policía descubrió su identidad a través de las huellas dactilares y avisó a los familiares, con los que no vivía, ya que trabajaba como interina en un domicilio particular de la plaza de Cuzco. La mujer estaba embarazada de cuatro meses, según su familia.

El cadáver de Leila Yolanda Ordóñez estaba desnudo y presentaba dos puñaladas en el tórax, a ambos lados del esternón. El cuerpo se hallaba oculto entre unos matorrales, en el fondo de un terraplén. El presunto asesino se llevó toda su ropa para ocultar pistas, pero dejó tirada el arma homicida: un cuchillo de cocina aún ensangrentado. Desde entonces, ninguna persona había reclamado el cadáver. Sólo las huellas dactilares permitieron su identificación. 'La última vez que la vimos fue el sábado 25 de mayo [un día antes de su muerte]. Vino a comer a nuestra casa, en Arganzuela. Se fue a las diez y media de la noche, porque iba a llamar a nuestros padres desde un locutorio', explicó Julio, uno de los hermanos de la mujer.

Lo que le pasó a Leila Yolanda después es aún un misterio: 'Nunca nos dijo que tuviera problemas ni que la hubieran amenazado. Hace tiempo tuvo un novio que le pegaba, pero, gracias a que yo intervine, se rompió esa relación y se solucionó todo', agregó el hermano. La víctima llegó a España hace 19 meses y siempre había trabajado en el mismo domicilio. Consiguió el permiso de trabajo y de residencia hace tres meses. 'El parque de Agustín Rodríguez Sahagún es frecuentado por compatriotas, pero nosotros nunca hemos ido. Por eso creemos que la llevaron allí', apuntó Julio Ordoñez.

Los familiares tienen previsto enterrar a Leila Yolanda en el cementerio de La Paz, en Alcobendas. El juez que instruye el caso ha prohibido la incineración del cuerpo, que es lo que pretendían los hermanos. También ha retrasado la inhumación hasta que éstos no presten declaración en el juzgado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_