Somos superiores
Ni Uruguay ni Dinamarca me parecen capaces de inquietar a los actuales campeones del mundo. Uruguay es el típico equipo suramericano. Su construcción del juego es relativamente lenta, sus jugadores están dotados técnicamente y su fuerza reside en un único jugador, el centrocampista Recoba. Es un equipo que comete un gran número de faltas. Sin embargo, no es brusco. En el primer partido de los uruguayos no hubo ningún gesto fuera de lugar. El Francia-Senegal de la víspera fue bastante más duro.
El hecho de enfrentarse primero a Uruguay y luego a Dinamarca es bueno para el equipo francés. Los suramericanos me parecen los peor preparados del grupo A. Valgan como pruebas las numerosas muestras de falta de entendimiento que mostraron en la elaboración del juego. Dieron la impresión de ser jugadores que no tienen la costumbre de actuar juntos. Además, no parecían demasiado a punto físicamente. Contra Dinamarca, el goleador Octavio Rodríguez sufrió calambres en el minuto 64. Lo anoté en mi cuaderno por lo mucho que me sorprendió que un jugador pudiera tener calambres tan pronto. Pero los uruguayos cuentan en sus filas con un jugador capaz de cualquier cosa, totalmente imprevisible: Recoba y su zurda mágica. Su capacidad para romper las defensas me recuerda a Diego Maradona.
Por el contrario, Dinamarca es un equipo perfectamente organizado. Es una selección a la que conocemos bien, ya que los sorteos nos han emparejado a menudo. Se entregan totalmente, les gusta atacar y siempre tienen una buena colocación dentro de un 4-4-2 tradicional. Sus delanteros, Rommedahl, Sand y Tomasson son unos tipos sólidos que batallan mucho y no rehúyen el choque. En definitiva, no realizan un fútbol genial ni brillante como en tiempos de los hermanos Laudrup. Pero se trata de un fútbol preciso y poderoso. Estos dos equipos no deberían plantearnos demasiados problemas. Soy optimista porque los franceses saben cómo hay que preparar estos partidos.
Los veteranos, aquellos que están en el equipo desde hace al menos cinco años, se han encontrado más de una vez contra la pared. Sé lo mucho que van a prepararse antes de este partido de alto riesgo contra Uruguay. Todo se decidirá en las horas que preceden al partido. Empezarán su concentración justo cuando hay que hacerlo, ni demasiado pronto ni demasiado tarde. Pedirán a las personas que les acompañan que les dejen solos. Es lo que les repetía al entrar en el vestuario: 'Ahora, estamos entre nosotros'.