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Nortel apuesta por la tecnología

Frank Dunn intenta superar la pérdida del 96% del valor de la compañía canadiense

La canadiense Nortel Networks, el segundo fabricante de equipos telefónicos de América, sobrevive asediada por los mismos problemas que el líder del sector, la estadounidense Lucent Technologies: competir en un mercado a la defensiva en todo el mundo y saturado de infraestructuras. Nortel se embarcó en enero del año pasado en una drástica reducción de costes que el mes pasado dejó en la calle a otros 4.000 trabajadores.

El nuevo presidente de la empresa apuesta por los sistemas celulares de alta capacidad para salir del bache que afecta al sector de las 'telecos'

El balance para la compañía canadiense no deja de ser aterrador: en escaso año y medio ha prescindido de 50.500 nóminas, el 53% de la plantilla. Entre los que cayeron al principio se hallaba el anterior presidente, quien, tras infructuosa búsqueda de sucesor, fue relevado hace seis meses por un hombre hecho en la casa, Frank Dunn, de 48 años.

'Tenía que poner orden financiero en la casa', dice el antiguo director gerente, ascendido a presidente y consejero delegado, para explicar los recortes. Dunn asegura que la fase sangrienta ya ha terminado y ahora es el turno de la tecnología.

La semana pasada, Nortel celebró una junta general de accionista que fue poco menos que un aquelarre, donde los inversores se desahogaron con ira ante uno de la mayores y más rápidos hundimientos financieros de la historia, el de la burbuja de las puntocom y las telecos, que en Canadá encarna Nortel. Un representante de los accionistas bramó contra el 'desastre financiero' y la 'total falta de credibilidad' de la compañía. No sin razón. Nortel ha perdido el 96% del valor de la cotización máxima alcanzada a mediados del año 2000. Dunn capeó el temporal como pudo y prometió mejores tiempos para el futuro, con la esperanza puesta en la división de telefonía sin hilo, que en el primer trimestre contribuyó al 39% de una facturación de 2.900 millones de dólares. Es la niña de los ojos de Dunn, que ha vendido equipos a diversas telefónicas del mundo, entre ellas a la española.

'¿Es que va uno a estar toda la vida atado a su PC para entrar en Internet?', se preguntaba Dunn en The Wall Street Journal para explicar su decidida apuesta por sistemas celulares de alta capacidad que permiten la comunicación mediante vídeo, voz e Internet sobre la marcha desde cualquier lugar.

Es un apuesta con lógica, pero no exenta de riesgos. Los especialistas señalan que antes tiene que hacerse realidad la tan prometida extensión de redes de alta capacidad, que además deben demostrar su viabilidad comercial y escapar de la trampa que tan caro ha costado a los operadores de fibra óptica: exceso de capacidad y falta de aplicaciones que den negocio.

Los 2.900 millones con que Nortel cerró el primer trimestre confirman que la contracción económica sigue sin ceder para las telecos. La compañía había presupuestado 3.100 millones, la mitad de los 6.200 millones facturados un año antes.

Dunn no prevé cambios significativos en el periodo abril-junio y declara que su objetivo es alcanzar los 3.500 millones de negocio para el cuarto trimestre, cifra que, con los recortes de plantilla realizados y la eliminación en marcha de determinadas líneas de producción, permitirá alcanzar el equilibrio presupuestario. En el último trimestre de 2000, la facturación ascendió a 8.000 millones de dólares. Con la perspectiva de hoy es una cifra de ensueño.

Los más pesimistas se preguntan si Nortel tendrá la capacidad financiera para hacer frente a una pérdida de facturación que rondará el 30% en el año 2002 sobre un ejercicio precedente también negativo. Otros no son tan agoreros, y ponen sobre la mesa las reservas financieras efectivas y la capacidad de endeudamiento no temerario de Nortel. 'Las probabilidades de que Nortel quiebre son muy pequeñas, menos del 10%', comentaba hace unos días un analista de Lehman Brothers. 'Nuestra impresión es que lo peor ya ha pasado, lo que no quiere decir que no pueda haber más malas noticias'.

Los analistas dudan

La procedencia de la gerencia de Dunn suscita algunas dudas de los analistas, que notan cómo los gerentes que ascienden a presidentes raramente llegan con el pan del crecimiento bajo el brazo. Dunn cree que va a romper el molde e insiste en que el desarrollo tecnológico es la solución a los males de Nortel y de sus clientes en 150 países. 'Necesitan soluciones que contribuyan a reducir sus costes' y que, de paso, produzcan servicios que den dinero. Ayudándoles a ellos, Dunn se va a ayudar a sí mismo.

Lo capital es sobrevivir esta recesión de las telecos. Los analistas más optimistas predicen que la facturación de Nortel podría crecer un 25% el año que viene. Otros subrayan que, conforme se vaya produciendo la recuperación, los operadores de servicios de telecomunicación que hayan sobrevivido acabarán por recurrir a compañías como la canadiense. Dunn dice que estará en su despacho para celebrarlo.

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