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Entrevista:ENRIC BENAVENT | Actor y dramaturgo | Convers@ciones en la red

'Sonreímos para poder aguantar la carcajada de Dios'

La ruleta russa, obra escrita por Enric Benavent a partir de cuentos de Chejov, rueda por las tablas del teatro Micalet (www.teatremicalet.com). La relación profesional de Enric Benavent con el teatro se remonta treinta años atrás, cuando formaba parte de Uevo, una mítica compañía capaz de entusiasmar a los universitarios de la época y de hacer trabajar a una autoridad gubernativa, que no dudaba en mandar a los guardias para censurar sus montajes. Como actor ha trabajado con directores de la talla de Lluís Pascual y de Miguel Narros. En cine rodó con Carles Mira (Que nos quiten lo bailao) y también ha intervenido en películas de directores jóvenes como Marc Recha (L'arbre de les cireres), Vicente Monsonís (Dripping) y Sigfrid Monelón (La isla del holandés). Ha participado en el rodaje del telefilm Reina de espadas que emitirá próximante Antena 3. El año pasado ganó el premio de teatro de la Generalitat Max Aub al mejor texto en valenciano por su obra Vodevil y actuó en el Incendiaris que montó Carles Alfaro en Moma. Tiene 49 años y un hijo. Es autor de dos novelas, Cáliz de vértigo y Perversas memorias de un vampiro.

P. ¿Convertir los cuentos en textos teatrales es vampirizar al autor?R. Eso espero. Es lo más legal que podía hacer con Chejov

Pregunta. Usted es de Quatretonda. Tengo entendido que en su pueblo mucha gente se llama Benavent.

Respuesta. Casi todos. Yo me lamo Benavent Benavent. Soy reiterativo.

P. Creo que Quatretonda fue repoblada por personas de un pueblo de Lérida que se llama Benavent.

R. Sí. En Lérida hay dos pueblos que se llaman Benavent, aunque yo nunca he ido. Pero no les debía de ir muy bien porque unos vinieron hacia aquí y otros hacia Francia, donde también existe el apellido. Hay muchos 'Enrics Benavents', desde mi padre hasta un catalán, gran especialista en belenes; y también un primo cura y un informático, vinculado, de alguna forma, al jardín de los horrores de Castellón, cuyo cadáver sigue buscando la policía. Creo que no soy ninguno de ellos pero cuando leí en EL PAIS un titular que decía 'Sin noticias de Benavent' me llevé un buen susto.

P. ¿Qué poderes ha heredado usted de su abuela?

R. De mi abuela María he heredado el poder de tener, por lo menos, un pie en la realidad. A la otra abuela no la conocí.

P. ¿Convertir los cuentos en texto teatral es vampirizar al autor?

R. Espero que sí. Al menos esa ha sido mi voluntad. Cuando te pones a escribir un texto literario a partir de un autor, lo que no es tradición es traición y el vampirismo es de lo más legal que puedes hacer.

P. ¿Pero por qué precisamente hacerlo con la narrativa de alguien que como Chejov es un gran autor teatral?

R. Él mismo empezó vampirizándose. Chejov dialogaba estos textos humorísticos, e incluso les daba voluntad de monólogo teatral como en El daño que hace el tabaco, que no aparece en el espectáculo pero sí en el libro que estoy a punto de publicar. Chejov era tremendamente generoso y esa generosidad sobrepasaba la maldad de los que vamos detrás.

P. ¿Dinero, sexo y poder, son los números ganadores en la ruleta de la vida?

R. Desde un prisma social, sí. Y eso es lo que yo he querido que tuvieran los personajes de Chejov pasados por mi tamiz. Aunque estoy convencido de que los números que ganan en la ruleta en el ámbito individual e intransferible son muy diferentes. Ni mejores ni peores, diferentes.

P. Para ser vampiro, previamente hay que ser vampirizado ¿a usted quien le vampirizó?

R. Muchísima gente, una multitud, tengo el cuello lleno de marcas. Ser vampirizado para ser posteriormente vampiro es una regla vital que es como estudiar para acabar dando clases.

P. ¿Por qué el humor es una necesidad vital?

R. Para los humanos es imposible aguantar la carcajada de Dios, de la naturaleza, sin una respuesta, aunque sea, como mínimo, con una sonrisa tímida, que es a lo más que podemos aspirar.

P. ¿Se pueden descubrir y aplicar estrategias para interpretar la vida en clave de humor?

R. Las hay, están ahí y son el mejor vehículo para transitar la vida. Las heredamos y están a disposición de todo el mundo, aunque otra cosa es que se usen o no.

P. ¿Lo de la Iglesia con el sexo es teatro?

R. Es para ponerse de rodillas y hacer una cuaresma para intentar entenderlo. La Iglesia está empeñada en negar lo evidente. Si es teatro es una farsa atroz, una farsa cruel.

P. La de la Iglesia sí que es una compañía estable.

R. Desde luego. La Iglesia es una empresa muy arraigada, con un anagrama genial, que es la cruz, con la mejor casa de cada pueblo y de cada ciudad, con unos agujeritos donde uno dice sus malestares a cambio del perdón y pone dinero a cambio de nada. Claro, es una empresa que difícilmente puede fallar.

P. Diga algo de Moma, aunque sea positivo.

R. Es positivo. Moma es el espíritu de Carles Alfaro. Moma es talento.

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