La izquierda plural estalla ante el desplome comunista y el auge de los grupos radicales
Miles de personas, sobre todo jóvenes, salen a la calle para protestar por el triunfo de Le Pen
La coalición en el Gobierno francés entre 1997 y 2002, un complicado equilibrio entre socialistas, comunistas, ecologistas, radicales de izquierda y soberanistas, ha explotado en pleno vuelo. Su líder, el socialista Lionel Jospin, ha asumido, al anunciar su abandono de la política, una parte de culpa en el desastre. Su falta de carisma, su timidez al presentar un programa y sus vacilaciones durante la campaña, dudando entre seguir el discurso de lucha contra la inseguridad propio de la derecha o la propuesta de medidas para relanzar la creación voluntarista de puestos de trabajo, le han perjudicado.
El problema real para la izquierda plural ha sido que sus distintas componentes han tenido que explotar sus diferencias para existir, han tenido que radicalizarlas. Los comunistas han sido los menos competentes en esa tarea y Robert Hue ha visto como se hundía el edificio histórico -¿definitivamente?- del otrora poderoso PCF.