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Reportaje:

¿Quién disparó en Miraflores?

Una Comisión de la Verdad investigará los disparos del 11 de abril en la marcha contra Chávez, que causaron 15 muertos

Juan Jesús Aznárez

Guillermo García Ponce, director del Comando Político de la Revolución Bolivariana, anticipó resultados favorables a las tesis del Gobierno en la investigación oficial sobre el asesinato de 15 personas el pasado día 11. 'Van a asombrar a la opinión pública', declaró. La matanza conmocionó a las Fuerzas Armadas y derrocó por unas horas a Hugo Chávez. Francotiradores acribillaron la marcha opositora, corrió la sangre y se hizo realidad la metafórica y cuartelera invocación del presidente durante el enconamiento de meses atrás: '¡Plomo parejo!'.

Imposible, de momento, la reconciliación y, sin haberse identificado la filiación política del primer plomazo, una Comisión de la Verdad independiente tratará de esclarecer las circunstancias de aquella carnicería junto al palacio de Miraflores. La oposición la atribuye a la represión de pistoleros bolivarianos apandillados, y el Gobierno, a maquinadores necesitados de muertos para activar un pronunciamiento castrense. 'Se está investigando la provocación, y los resultados de esa investigación van a asombrar a la opinión pública', subrayó Ponce.

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Cientos de miles de personas engrosaron una de las marchas más numerosas de la historia de Venezuela. Exigían a gritos la destitución del jefe del Estado y, bajo fuego, cumplieron la arenga republicana de la guerra civil española: '¡Ni un paso atrás!'.

Según el comisario político de la revolución, los promotores del golpe colocaron tiradores en sitios estratégicos para disparar contra la manifestación opositora, y también contra la concentración que defendía la sede presidencial. Fernando Mendoza sintió un pinchazo en la barriga. La bala quedó en el abdomen. 'Los tiros iban y venían. ¿Cómo se explica que la inmensa mayoría de las víctimas, de los que caen asesinados en esa masacre sean gente de Chávez?'.

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El ministro de Defensa, José Vicente Rangel, calcula que 'el 90% de los muertos eran chavistas'. La versión de la oposición es diametralmente opuesta: los Círculos Bolivarianos y los sectores más ultras del propio Gobierno desplegaron a esos tiradores de precisión en las azoteas para dispersar a una rebelión civil imparable.

Indagará los trágicos hechos la Comisión de la Verdad, que puede quedar constituida el próximo lunes integrando en su seno a los diferentes sectores de la sociedad venezolana y a observadores extranjeros. Los muertos fueron armas arrojadizas en dos agitadas sesiones de la Asamblea Nacional. En ocasiones, el cruce de imputaciones sentenció a los contrarios -'¡asesinos!'- y el hemiciclo quedó transformado en una gallera sin espacio para la serenidad y la concordia.

La pretendida reconciliación dista de haber comenzado en Venzuela. Rafael Marín, de Acción Democrática (AD), acusó al Ejecutivo de haber aplicado, durante tres años, políticas y estilos que 'sembraron odios e instigaron a delinquir'. Carlos Tablante, del Movimiento al Socialismo, exigió la desarticulación de los Círculos Bolivarianos, que llamó 'círculos del terror'.

El testimonio de José Rivoli resume el de la mayoría: 'Empezaron a caer víctimas al piso y no se sabía de dónde procedían los disparos'. La identificación de los francotiradores aportaría una de las claves de la indagación en curso. La militarizada Guardia Nacional y el oficialismo armado que protegían el edificio del Gobierno el día 11 atacaron y fueron atacados cuando la manifestación hacia las oficinas centrales de Petróleos de Venezuela (PDVSA) cambió de rumbo y enfiló hacia la sede presidencial.

Policías de la alcaldía de Caracas, controlada por el regidor Alfredo Peña, opositor a Chávez, también hicieron uso de las armas. Desde las alturas de tres edificios, asesinos con armas largas disparaban a la cabeza y el corazón. Varias filmaciones atraparon a pistoleros del oficialismo disparado desde los parapetos de un puente, y militantes bolivarianos son alcanzados por las balas en el vídeo proyectado por el diputado gubernamental Juan Barreto.

Y en tanto los peritos trabajan, el debate político y periodístico aventura sus propias conclusiones. 'Barreto dice que la muchacha de Primero Justicia [partido de la oposición] fue asesinada por atrás', reaccionaba la periodista de oposición Marta Colominas, 'pero resulta que la bala le da en la mejilla, y cuando se ve la fotografía, porque en efecto la toma está por detrás, el pelo se le levanta porque simplemente la bala sale por el lado opuesto'.

La muchedumbre colocó bombonas de gas para incendiar los edificios de los francotiradores. Fue inútil. 'No bajaban, ni dejaron de disparar', recordó Luis Rodríguez, herido en una pierna.

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