El consumo de heroína inyectada aumenta en Las Barranquillas, según dos ONG

Médicos del Mundo y Universida, dos ONG que acuden cada día al hipermercado de la droga de Las Barranquillas (Vallecas) para ayudar a los toxicómanos, aseguran que, en los últimos meses, 'al empeorar la calidad de la heroína tras la guerra de Afganistán', ha crecido el consumo de esta droga por vía intravenosa. Según sus datos, toxicómanos que habían dejado de inyectarse por miedo a contagios vuelven a hacerlo para lograr el mayor efecto de una sustancia más adulterada y, por tanto, menos eficaz. Sin embargo, el gerente de la Agencia Antidroga de la Comunidad, José Manuel Torrecilla, ni...

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Médicos del Mundo y Universida, dos ONG que acuden cada día al hipermercado de la droga de Las Barranquillas (Vallecas) para ayudar a los toxicómanos, aseguran que, en los últimos meses, 'al empeorar la calidad de la heroína tras la guerra de Afganistán', ha crecido el consumo de esta droga por vía intravenosa. Según sus datos, toxicómanos que habían dejado de inyectarse por miedo a contagios vuelven a hacerlo para lograr el mayor efecto de una sustancia más adulterada y, por tanto, menos eficaz. Sin embargo, el gerente de la Agencia Antidroga de la Comunidad, José Manuel Torrecilla, niega este incremento.

'En los almacenes de la agencia no ha habido una mayor demanda de jeringuillas. Así que no tenemos ningún dato para decir que hay más toxicómanos que dejan de fumar o aspirar la heroína para inyectársela', precisa Torrecilla. Dichos almacenes son los que abastecen de agujas a las entidades colaboradoras de la agencia, entre ellas Universida. 'Tampoco observamos una merma en la calidad de la heroína ni un aumento de precios; eso ocurrió durante unos días de febrero, pero luego todo volvió a la normalidad', concluye el gerente de la agencia.

Pero Ángeles Rodríguez, responsable de los programas con drogodependientes de Médicos del Mundo, sostiene que desde febrero han observado un repunte del consumo por vía intravenosa, que había bajado mucho por miedo al sida. Una unidad móvil de esta entidad acude cuatro días por semana a Las Barranquillas para entregar útiles de inyección a los toxicómanos. 'Del material que repartimos ahora, el 65% son jeringuillas y el 35% papel de aluminio para fumar chinos de heroína, cuando en febrero el 59% eran chutas [jeringuilllas] y el 41% papel de plata', explica. 'Los toxicómanos, al tener que comprar una sustancia de peor calidad, optan por inyectársela, en vez de fumarla, para que les haga más efecto', agrega Rodríguez.

Más demanda de 'chutas'

También Universida, otra ONG formada por técnicos y ex toxicómanos que cambia agujas en el poblado vallecano, ha detectado el mismo problema. Su presidente, Jaime Álvarez, afirma que de los 5.211 drogodependientes que acudieron a ellos de enero a septiembre de 2001 para pedirles sólo papel de plata, 'un 9% (452) solicitaron también jeringuillas en los cinco meses siguientes'. 'Este aumento en la demanda de chutas no lo percibe la agencia, porque además de las agujas que ella nos da repartimos otras de nuestro propio stock', matiza.

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Esta ONG escribió en marzo a la agencia, al Plan Nacional sobre Drogas y al Plan Municipal de Drogas para avisar de este cambio en el consumo, que consideran preocupante. 'Inyectarse la heroína es mucho más peligroso que fumarla, por el riesgo de contagio de enfermedades. Pero no nos ha contestado nadie y nos tememos que las instituciones actuarán tarde', lamenta Álvarez.

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