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Marías narra una historia de amor en la guerra en 'La batalla de Matxitxako'

El escritor defiende la novela histórica con 'más pasión que datos'

Después de escribir sobre la maldad en El niño de los coroneles, la novela con la que ganó el Premio Nadal 2001, Fernando Marías (Bilbao, 1958) aceptó el reto de narrar una historia de amor y eligió el escenario de la guerra civil en Euskadi. La batalla de Matxitxako es una novela histórica con 'más sentimientos y pasión que documentación', publicada en la serie Senderos de la Historia (Editorial Anaya). La colección también ha incluido El mensajero del rey, de Toti Martínez de Lezea.

Senderos de la Historia nació con la vocación de ofrecer a los lectores juveniles novelas ambientadas en la historia de España, abierta a narraciones con referencias a cualquier período y con inquietudes pedagógicas. A Marías no le gusta la etiqueta de literatura juvenil; prefiere hablar de 'novelas para todos los públicos', como cree que son las grandes obras de Conrad, Stevenson o Verne.

El escritor ha retomado en La batalla de Matxitxako la estructura y los protagonistas de El vengador del Rif, una novela que también publicó en la misma colección de Anaya. Un productor de cine de poca monta, tan cutre como caradura, y el guionista que trabaja para él en las peores condiciones presentan la narración en un tono humorístico, ambientado en el presente.

El guionista se llama también Fernando Marías, 'para no insultar a nadie', aclara el autor. El esquema fijo que ha usado en ambas novelas sigue con un núcleo en el que se presenta un manuscrito, 'una novela en sí mismo', en el que deja un enigma abierto. Esta incógnita se despeja en la tercera parte del libro, otra vez ambientada en el presente y con todos los personajes implicados en el manuscrito ya desaparecidos.

La batalla de Matxitxako rememora el desigual combate que se desarrolló frente a la costa vizcaína en marzo de 1937 entre los pesqueros, reconvertidos con cuatro chapas de metal y mal armados, en buques de la armada de Euskadi, y el crucero Canarias, el barco más moderno y poderoso de los franquistas. 'Fue como David contra Goliat, con unos perdedores épicos y emocionantes que nos dan mucho juego a los novelistas', destaca el autor.

Pero los hechos históricos no son más que el trasfondo que permite tejer una historia de amor, salpicada por la tragedia de la guerra y la traición. Fernando Marías defiende que las malas novelas históricas tienen mucha documentación, hasta llegar a abrumar al lector. Él, entusiasta lector de los Episodios nacionales, de Pérez Galdós, prefiere dejar los datos históricos en segundo plano y llenar con su imaginación los 'huecos oscuros' que aparecen en las páginas de la Historia.

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'La documentación es la base, no debe estar en primer plano. La Historia se debe tomar muy en serio, pero puede generar tantas versiones como testigos tiene', explica el novelista. 'La novela histórica debe contar bellas historias universales con un escenario concreto, y hablar de los personajes, de la pasión y los sentimentos, que es lo que nos interesa a los novelistas'.

Marías tiene previsto convertir en serie las novelas protagonizadas por el productor y el guionista. 'La primera se refería a la tierra, la segunda al mar y la tercera será sobre el aire, con un duelo entre aviadores en la guerra civil', anuncia.

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