_
_
_
_
_
Reportaje:

Álex de la Iglesia revive los sueños del Lejano Oeste

El director rueda en el desierto de Almería '800 balas', sobre los especialistas del 'spaghetti western'

Rocío García

Por vivir sus sueños, se esconden en un reducto fantástico y evitan la realidad. El reducto está en el desierto de Almería y es un polvoriento poblado del Oeste donde hace ya décadas que no se ruedan películas. La realidad llega en forma de un niño que se llama Carlos y viene en busca de su abuelo, un perdedor que mantiene su orgullo de perdedor. El abuelo es Julián, un veterano especialista de las películas del Oeste que gasta sus últimos años recreando patéticas escenas de acción para los escasos turistas que visitan la zona junto a una panda de marginados y nostálgicos. Toda una tragicomedia épica con tintes realistas.

800 balas, la sexta película de Álex de la Iglesia como director y la primera financiada a través de su productora, Pánico Films -con un presupuesto de cinco millones de euros-, se rueda estos días en Texas Hollywood, un auténtico poblado del Oeste en medio del desierto de Tabernas, que se construyó en los años dorados del cine en Almería. Ahora es un plató de cine donde Álex de la Iglesia y sus colaboradores han reabierto los salones del Oeste, han puesto música al polvoriento poblado para así revivir los sueños de una pandilla de desarrapados tipos que se mueven entre la heroicidad y el ridículo.

'Me interesa esa gente que por vivir un sueño se esconde en un reducto fantástico'
Más información
Álex de la Iglesia renuncia a dirigir 'Fumanchú' por falta de acuerdo en el presupuesto
Andrés Vicente Gómez no concibe 'Fumanchú' sin Álex de la Iglesia
'El Bola' conquista a la Academia de Cine
ÁLEX DE LA IGLESIA APUNTA... Y DISPARA

800 balas es un filme coral con dos protagonistas muy especiales para su director: Sancho Gracia, en el papel del abuelo Julián, y Carmen Maura, en el de la nuera de Julián, una mujer rica y poderosa, siempre vestida de blanco, y madre superresponsable. La historia narra el descubrimiento de la vida de los especialistas del spaghetti western por parte de un niño que va al encuentro de su abuelo, a quien no conoce. La madre del niño (Carmen Maura) achaca todos los males de su vida -principalmente la muerte en accidente de su mari-do- a su suegro (Sancho Gracia). En el filme participan también Ángel de Andrés, Enrique Martínez, Luciano Federico, Manuel Tallafé y Eduardo Gómez.

Álex de la Iglesia, moreno de piel y ya algo canoso, balancea el cuerpo mientras se ocupa de marcar con disparos de fogueo -los necesarios, cada uno cuesta algo más de dos euros- las entradas en escena de la troupe de actores. 800 balas es un filme de acción, con explosiones, carreras a caballo y mucho espectáculo, pero, sobre todo, es, para su director, su película más difícil. Por muchas cosas y no sólo por la sensación que tiene Álex de la Iglesia de enfrentarse a un filme de mucha acción, sino por centrar la historia en la vida de unos personajes, sus caídas, sus golpes. 'Hay gente que termina por descuidar a los que quiere y paga un precio por ello. Son aquellos que por vivir un sueño se esconden en un reducto fantástico y dan la espalda a la realidad', reflexiona el director en un descanso del rodaje, sentado en el escalón de uno de los desvencijados edificios de madera del poblado. Y confiesa que él también es así.

Sabe que se juega mucho y que el riesgo es enorme. 'En todos los filmes pasa lo mismo, pero 800 balas es algo más, lo he escrito, producido y lo estoy dirigiendo. Me juego la siguiente, nunca mejor dicho. Soy un mal productor, pero estaba convencido de que necesitaba este presupuesto para sacar adelante el proyecto. Corro un riesgo personal grande, pero es una manera de vivir, de hacer las cosas, no lo sé hacer de otra manera', asegura. Pero no se le nota tenso. Al contrario, está convencido de que es su mejor película -'de que las cosas se acercan a lo que yo quiero que sean'-. Está orgulloso del casting, de la creación de unos arquetipos muy especiales de cada personaje -'son exactamente como los habíamos imaginado'-. Y se ven ahí, entre el saloon y la oficina del sheriff del Texas Hollywood. Ahí está el que hace de ahorcado (Eduardo Gómez), un hombre esmirriado y poca cosa, experto en pasar inadvertido, al que sus compañeros se olvidan siempre colgado de la cuerda, o el enterrador (Luciano Federico), romántico y fiel, siempre esperando su oportunidad. También el envidioso, el que aspira a ser algo más que figurante (Ángel de Andrés) o el arrastrao (Enrique Martínez), el pistolero que atraviesa la calle principal arrastrado siempre por un caballo a galope. No falta el especialista (Manuel Tallafé) que se tira a diario por una ventana contra el suelo y a quien los golpes le han afectado a la cabeza, pero él cada vez es más feliz. Por eso, aunque es de Cádiz se cree de Bilbao y viste una camiseta del Athletic.

No sólo le respetan. Le quieren, y eso se nota. Álex de la Iglesia se sabe hacer querer. Esa combinación de ternura, genialidad, caprichos de niño. Así le ve Carmen Maura, convencida como estaba de que su encuentro en La comunidad (el anterior filme del realizador y con el que la actriz consiguió el premio en el Festival de San Sebastián y el Goya a la mejor interpretación femenina,) no iba a ser el último. 'Estaba segura de que nos íbamos a volver a encontrar. Es un tesoro. Me rejuvenece, me gusta su mundo, me encuentro mucho más ágil de lo que pensaba', afirma la actriz, más delgada y con una tranquilidad que ella achaca a los años. Algo parecido vive Sancho Gracia, sobre todo cuando se pone, por exigencias del guión, las gafas de vista cansada para apuntar a sus 'enemigos'. Con camiseta blanca rota y sucia, botas camperas y pistola al cinto, Gracia se encuentra mejor que nunca. Y más si recuerda lo más bello que le han dicho nunca. El actor -recién operado- atravesaba un momento delicado de salud cuando Álex de la Iglesia le retó: 'En caso de que te mueras, voy a buscarte donde estés y te llevo conmigo. Ya veré luego si te devuelvo, pero la película la haces tú'.

Un grupo de actores, durante el rodaje de una secuencia de <i>800 balas, </i>de Álex de la Iglesia, en el poblado de Texas Hollywood, en el desierto de Tabernas.
Un grupo de actores, durante el rodaje de una secuencia de 800 balas, de Álex de la Iglesia, en el poblado de Texas Hollywood, en el desierto de Tabernas.JORDI SOCÍAS
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_