¿Escasez de ahorro?
En medio de una creciente evidencia sobre un posible punto de inflexión de la actividad económica mundial, la cuestión inmediata es la intensidad de la próxima recuperación. En este sentido, una de las principales incertidumbres es la sostenibilidad de los niveles de ahorro e inversión en los países industrializados. Si el ahorro es demasiado bajo tanto en términos absolutos como en relación a la inversión, la próxima expansión tendrá importantes limitaciones.
En realidad, el ahorro en estos países se ha mantenido relativamente estable en porcentaje del PIB o incluso ha aumentado en los años noventa, de forma que su nivel actual no se puede considerar bajo para el promedio histórico. Ahora bien, su diferencial con la inversión se ha ampliado. Ello es consecuencia de que el último ciclo expansivo se caracterizó por un notable crecimiento de la formación bruta de capital, cuya evolución, además, no puede ser completamente explicada por los determinantes habituales, sino que requiere incorporar factores como las nuevas tecnologías o el mayor ritmo de depreciación de los nuevos bienes de equipo y software.
Sin un aumento del ahorro privado, la recuperación de la actividad se enfrenta a algunos límites
Este comportamiento de la inversión no ha sido homogéneo entre países, aunque su notable aumento en las economías anglosajonas más que compensó el descenso en porcentaje del PIB en Alemania y en Japón. Como consecuencia, en muchas economías industrializadas se produjo una ampliación del diferencial entre la inversión y el ahorro, esto es, del saldo de la balanza por cuenta corriente, que en EE UU llevó el déficit a máximos históricos. Curiosamente esta situación de escasez relativa del ahorro no se ha traducido en un aumento de los tipos de interés reales. De hecho, estos tipos se han mantenido en niveles bajos y estables. Probablemente esto es consecuencia, al menos parcialmente, del hecho de que, aunque el nivel de ahorro en porcentaje del PIB no ha cambiado, sí lo ha hecho su composición: ha aumentado el ahorro público y ha disminuido el ahorro privado.
En el contexto actual, con un deterioro de las cuentas públicas en casi todas las economías, se debería esperar un aumento del ahorro privado. Si esto no ocurre, a medida que se recupere la inversión la presión al alza sobre los tipos de interés será muy importante. Aunque tal vez lo que suceda, como parece anticipar Greenspan, es que esta vez la inversión no aumentará tanto como en el ciclo anterior. Los tipos de interés, por tanto, incluso en un escenario de bajo ahorro privado, no subirán significativamente, pero el crecimiento de la actividad tampoco alcanzará los máximos de la década anterior.
Mayte Ledo es economista jefe para la OCDE y Mercados del Servicio de Estudios del BBVA.
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