¡Vaya novillo!
Fue una lástima que a un novillo, tal el sexto de la tarde, no se le hubiera cortado las dos orejas. Resultó un novillo de una calidad enorme. Tomó dos varas arrancándose de largo y apretando el peto del picador. Desde que salió a la arena no paró de embestir cada vez que le citaban. A la muleta llegó con un frescor y un ritmo de toro noble y bravo que daba gusto verlo. Y fue una pena que el joven Iván García no le hubiera instrumentado la faena que el toro estaba pidiendo a gritos. Era un novillo para haberle toreado con largura y templaza, dado que metía la cabeza y humillaba hasta decir basta. Fue uno de esos novillos con el que sueñan todos los toreros del planeta, tengan 18 años u 80.
FUENTE / BARBA, JIMÉNEZ, GARCÍA
Novillos de Fuente Ymbro: encastados, con genio, sexto excelente. Fabián Barba: dos pinchazos, estocada desprendida -aviso- y descabello (ovación); pinchazo hondo y estocada (aplausos). César Jiménez: pinchazo y estocada baja (ovación); tres pinchazos, estocada caída (aviso) y tres descabellos (aplausos). Iván García: estocada (aplausos); estocada (oreja). Plaza de Illumbe, 2 de marzo. Cuarta novillada del V Encuentro Mundial de Novilleros. Menos de media entrada.
A ese novillo, picado muy aceptablemente por Agustín Collado, el novillero Iván García le puso dos pares de poco fundamento y uno algo aceptable. Depués de doblarse con el novillo toreó a base de derechazos y naturales que no tenían la enjundia que el toro merecía. Fue un toreo sin ligar, donde surgían de pronto dos derechazos buenos, entre un montón de otros de poco pelo. En su primer novillo, Iván García tampoco estuvo demasiado acertado. También toreó con las dos manos, pero sin alcanzar relieve alguno en esas tandas de muletazos.
El mexicano Fabián Barba demostró que tiene argumentos para ser matador de toros. En su primer novillo dejó patente tres tandas de derechazos templados, ligados, algunos carentes de largueza. Remató la tercera serie con un buen pase de pecho. Después de dos intentos de torear con la mano izquierda, el novillo se le colaba e intentaba echarse a los hombros. Al menos, el torero lo intentó. Remató la faena con derechazos aceptables y unos estatuarios. En su segundo, un novillo muy mal banderilleado, estuvo muy valiente porque el novillo era violento, grandote y complicado. Trató de torearle con las dos manos y en cada pase que daba se palpaba el peligro. Sin duda fue un novillo con respeto, con mucho gas que le puso las cosas muy difíciles. De todos modos creemos que el azteca merece un aplauso porque estuvo valiente, sin perder la cara al animal.
Los espectadores de la plaza donostiarra esperaban bastante de César Jiménez porque recordaban la buena actuación suya del año pasado. Sin embargo, decepcionó un tanto porque toreó casi todas las fases de sus dos faenas a demasiada velocidad. En su primer novillo, al que dio dos buenos pares de banderillas El Chano, tuvo un principio alentador, ya que rodilla en tierra le dio seis pases llevándose el toro hasta los medios. A partir de eso, la faena a base de derechazos y naturales no tuvo el relieve que esperábamos. Cierto que hubo algún natural templado, mas los derechazos no fueron buenos, ya que le sobraba rapidez. Dio un pase circular y dos de pecho, para acabar con pases de rodillas como remate. No era el César Jiménez con el que todos confiábamos. En su segundo, un novillo con genio y algo complicado, mas sin mala intención, después de algunos derechazos ligados, uno sí y otros no, a la hora de tomar la muleta con la izquierda no acabó de acoplarse con el novillo. Además le desarmó en una ocasión y le volteó en otra. Cuando volvió a tomar la derecha tampoco llegó a acoplarse con el bicho. Al concluir la faena, y al percatarse, eso creemos, de que no iba a estar en la final, trazó cuatro manoletinas muy ceñidas, arrimadísimas, que sonaron como un grito de clemencia solicitando un sitio entre los elegidos.
Los novillos de Fuente Ymbro tuvieron la cualidad de irse arriba a medida que transcurría la lidia. Aunque fueron desiguales de presentación, dieron juego y espectáculo a los espectadores. Lástima que a cuatro de ellos, por lo menos, no se les hubiera dado la lidia que precisaban.
Babelia
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