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El Gobierno del PP esboza un plan energético basado en el gas y en mantener las nucleares

La propuesta no precisa la inversión global prevista y se discutirá en el Congreso hasta junio

El secretario de Estado de Economía, José Folgado, presentó ayer el borrador del plan que pretende asegurar el suministro energético hasta 2010. El Gobierno apuesta fuertemente por el gas como fuente de energía, mantiene la actual estructura de energía nuclear y reduce drásticamente el carbón. La previsión de aumento de consumo energético se sitúa en el 3,4% anual, con una máxima demanda de 44.972 megavatios en 2010. Sin embargo, no precisa la inversión y su cumplimiento sólo obligará a las empresas con actividades reguladas (Enagas y Red Eléctrica, propietarias de las redes de gas y de alta tensión).

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El plan, que en un contexto de liberalización, y a diferencia de los antiguos Planes Energéticos Nacionales, PEN, no es de cumplimiento obligatorio para las empresas eléctricas y gasistas, está contenido en un documento de 230 páginas que hoy mismo llegará a la subcomisión del Congreso para su estudio.

El documento tiene como ejes básicos los siguientes: el consumo final de energía crecerá a un ritmo del 3,4% anual (3,75% en el caso de la energía eléctrica), un punto por encima de la media europea hasta 2011, de forma que la demanda total se situará en el invierno de 2010 en 44.972 megavatios; el consumo de gas natural pasará de los actuales 18 bcm (miles de millones de metros cúbicos en sus siglas inglesas, billion cubic meter) a 49 en 10 años, y su peso en el balance energético pasará del 12,2% actual al 22,5% en 10 años, y las instalaciones nucleares que están en marcha (Zorita, Garoña, Almaraz I y II, Ascó I y II, Cofrentes, Vandellós II y Trillo) se mantendrán en funcionamiento, aunque perderán peso en el conjunto de la producción eléctrica. La energía nuclear pasará de representar el 27,6% de la electricidad que ahora se consume al 20,1% en 2010.

Las previsiones de consumo energético global apuntan también a la reducción en el consumo de carbón (-1,24% anual), al crecimiento en el consumo de petróleo (2,8%) y al mantenimiento de las previsiones recogidas en el Plan de Fomento de las Energías Renovables, aprobado en 1999 y que estimaba un peso de este tipo de energía (eólica, biomasa, minicentrales hidráulicas) del 12% respecto al conjunto al final de la década.

Gas y nucleares

A la vista del plan, destaca un hecho: en 2011, el gas natural (mediante centrales de ciclo combinado), junto a las nucleares, proporcionará el 54,3% de la energía eléctrica que se consuma. Pero para conseguir ampliar las instalaciones (ahora existen 6.000 kilómetros de gasoductos de transporte, 31.000 de distribución y dos almacenamientos) harán falta inversiones. Ayer, y aunque Folgado fue preguntado hasta en cuatro ocasiones por 'la horquilla de inversiones probable', por la 'inversión global' y por la 'inversión mínima estimada', el ministerio esquivó las precisiones.

La inversión definitiva, aseguró Folgado, sólo se precisará en junio, cuando la subcomisión de infraestructuras energéticas del Congreso (que cuestiona la oposición) haya finalizado sus trabajos. Así, sólo hay una cifra estimativa de la magnitud del plan: según los estudios realizados por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y Enagas, la inversión para desarrollar la red de gas rondaría los 3.000 millones de euros (alrededor del medio billón de pesetas).

No obstante, y teniendo en cuenta que buena parte del desarrollo de infraestructuras como las centrales eléctricas de ciclo combinado (con solicitudes que representan 33.000 megavatios) dependen de decisiones empresariales privadas, Folgado se limitó ayer a destacar el carácter previo del plan presentado.

Éste se enmarca en un contexto de polémica en varios frentes. Por un lado, las eléctricas acusan a Repsol y a su participada Gas Natural de beneficiarse de un trato de favor por parte del Ejecutivo en la legislación del gas. Repsol y Gas Natural aseguran, por su parte, que las eléctricas mantienen un monopolio de facto en su negocio, todo ello aderezado con amenazas de apagón, llamamientos de actores destacados del sector (como el presidente de Endesa, Rodolfo Martin Villa) a favor de la energía nuclear y continuas quejas empresariales por las rebajas de tarifas aprobadas en los últimos años.

Además, está el desencuentro político. El PSOE, por boca de su portavoz de Economía, Jordi Sevilla, ha rechazado la posibilidad de consensuar acciones en el sector energético mientras el ministro responsable, Rodrigo Rato, no reconozca su 'fracaso' en la liberalización llevada a cabo. Ayer, tanto la CNE como la asociación eléctrica Unesa y Enagas declinaron valorar el documento.

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