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Crítica:POR MENOS DE 15 EUROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pizzas, ensaladas y diseño

Abierta en 1997, esta pizzería ha conocido el éxito de público desde su nacimiento. Situada en el centro neurálgico de la actividad nocturna del casco antiguo barcelonés, a dos pasos de la plaza Real y de las Ramblas, tiene acceso desde dos de los puntos más concurridos de la ciudad: la calle Avinyó y la plaza de George Orwell. En el primero se agolpan las más modernas y vanguardistas tiendas de ropa, y, en el segundo, lo hacen personajes de todo pelaje que dan vida a la plaza. Se vive en la zona un ambiente mestizo y abierto que humaniza este local de diseño, apartándolo de las frías clientelas que, a veces, caracterizan a los restaurantes con pretensiones estéticas.

La carta se compone exclusivamente de ensaladas y pizzas. Se trabaja con ingredientes muy frescos y se eligen según temporada, creando algo parecido a pizzas de mercado. Además, se buscan combinaciones originales que se salgan un ápice de la norma. Un buen ejemplo de ello es la especialidad de la casa, la pizza La Verónica, hecha sin tomate, con mozzarella, manzana ácida y queso gorgonzola. Cuesta 7,8 euros; así que si la tomamos con una botella compartida entre dos de Martí Villa, un blanco afrutado de otros 7,8 euros, podemos darnos un capricho como el flan de queso (3,3 euros) y quedarnos en los 15 euros justos.

La Verónica

Avinyó, 30. Barcelona. Teléfono: 934 12 11 22. Abierto todas las noches de 20.00 a 24.00. Los fines de semana y festivos, cocina permanente desde las 12.00 hasta las 24.00 horas.

Pero no hay que hacer muchos equilibrios para cenar por ese precio en La Verónica. Todas sus suaves pizzas (de gírgolas, berenjena, rúcola o marinera) se mueven entre los seis y los nueve euros. Sus ensaladas rondan los cinco euros (como ejemplo, merece la pena probar la de rúcola con zanahoria cortada en finísimas láminas y vinagreta de jengibre, que cuesta 5,11). La copa de vino de la casa sale por 1,2 euros y una botella más selecta se quedará entre los siete y los nueve euros. Pero lo más importante, tal vez, no es que pueda degustarse una buena cena por ese precio, sino que, sin pagar ningún otro añadido, en La Verónica se disfrutará, además, de un ambiente agradable y divertido.

La Verónica abre durante todo el año una terraza en la plaza de George Orwell y, con la llegada de la primavera, se hace verdaderamente difícil encontrar un sitio en ella. Especialmente durante el fin de semana, ya que su cocina, abierta ininterrumpidamente, provoca un desfile constante de quienes se levanten tarde y quieran comer al aire libre. En el interior también pueden encontrarse problemas para cenar enseguida. El local no es muy grande (a pesar de que se amplió hace dos años), y aunque el espacio está bien aprovechado, con taburetes bajos y mesas, tal vez excesivamente cercanas, la demanda es siempre alta.

La clave de su éxito está en un cuidado interiorismo dominado por el blanco con apuntes de rojo o rosa. Los bancos-paredes tiene los respaldos horadados creando un efecto curioso, ligeramente pop. Además, la selección musical es excelente, y el ambiente, agradable y animado. La Verónica es un local clásico para cenar algo antes de tomar una copa o para comer en una luminosa mañana de domingo.

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